A 30 años de un inexplicable y vergonzante olvido
Se cumplen tres décadas del incumplido decreto que obligaba a la provincia del Neuquén a garantizar la conservación de la histórica casa del doctor Koessler, de San Martín de los Andes.
Patricio Rodriguez
Los descendientes Koessler han mantenido con esfuerzo propio el inmueble de avenida San Martín y Teniente Ramayón.
SAN MARTÍN DE LOS ANDES (ASM).- Mientras siguen las gestiones para evitar el inminente cierre de la casa Koessler por la falta de recursos para sostenerla como museo del primer médico regional, el próximo domingo se cumplirán 30 años del decreto que declaró al inmueble de interés histórico y obligaba a la administración neuquina a asegurar su conservación. La casi centenaria casa de 18 habitaciones que alberga una valiosa colección de elementos relacionados con la medicina de principios del siglo pasado, así como mobiliarios y enseres originales, cerrará sus puertas desde el 1 de marzo. Pero el 26 de febrero de 1982, cuando corrían los tiempos de la dictadura y se preparaba la trágica aventura militar de Malvinas, el entonces gobernador de facto del Neuquén, Domingo Trimarco, firmaba el decreto 331 y decía: “declárese de interés histórico provincial el inmueble donde vivió el matrimonio Koessler, sito en avenida San Martín y Teniente Ramayón de San Martín de los Andes (solar de 2.500 metros cuadrados)…”. En su artículo 3, continuaba: “La dirección de Museos y Monumentos tomará los recaudos necesarios conducentes para su conservación”. Más allá de ser una disposición de fuente dictatorial, nunca fue derogada por los gobiernos democráticos posteriores. Sin embargo, según los propietarios y descendientes de los Koessler, en 30 años la provincia ni siquiera acercó un cubo de pintura para contribuir a la conservación del espacio histórico. En ese contexto y como informó este diario en noviembre pasado, la única casa sanmartinense que integra el patrimonio arquitectónico histórico provincial y a la vez municipal por haber albergado la consulta y cirugía del primer médico de la región, tiene cartel de “venta, alquiler o permuta”, y se teme que termine siendo demolida y convertida negocio inmobiliario. Si bien la familia propietaria nunca hizo públicas sus razones, trascendió que se fundan en la imposibilidad de solventar el cuidado de la casona, luego de haber hecho un cuidadoso trabajo de restauración a costo particular, así como de preservación de los bienes originales. Las autoridades municipales y algunos legisladores neuquinos se han interesado en el caso desde aquella publicación. Entre otros, se supo que el actual secretario municipal de Turismo, Salvador Vellido, habló con funcionarios nacionales y provinciales en procura de algún subsidio o recursos para sostener el museo. Pero mientras esas gestiones se desarrollan, la familia Koessler está decida al cierre y mantiene el cartel de venta. Con todo, uno de los propietarios dijo a este diario que “se verá qué medidas se asumen”, si efectivamente se obtiene el financiamiento para la continuidad del museo. Como se apuntó, la “Casa Koessler” supo ser el primer consultorio y botica del incipiente pueblo de San Martín de los Andes, donde el doctor Rodolfo Koessler ejercía la medicina para la villa y los pobladores del área rural, en una dilatada geografía de crudos inviernos y en la que había que moverse a lomo de caballo. Su esposa, secretaria y enfermera de la Cruz Roja, fue Bertha Koessler Ilg, quien a la vez hizo uno de los más fantásticos trabajos de recopilación de leyendas, mitos, cuentos y relatos de los pobladores originarios a la manera de los hermanos Grimm. De hecho, el decreto 331/82 menciona y se funda en aquella labor de investigación folklórica y lingüística. Ambos eran oriundos de Baviera y llegaron primero a Buenos Aires, en 1912, para instalarse luego en aquel naciente San Martín de los Andes. Los trabajos de Bertha están contenidos en “Cuenta el pueblo mapuche”, de reciente edición, que consta de tres volúmenes: “Tradiciones”, “Mitos y leyendas” y “Cuentos y fábulas”. En tanto, el libro “Machi del Lanín, un médico alemán en la cordillera”, refleja la vida de Koessler vista con los ojos de su esposa. La casa de madera de raulí data de los años 20, y forma parte de 26 construcciones sanmartinenses pasibles de protección, sobre un total de 152 relevadas como de interés histórico.
Patricio Rodriguez
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