A diez días de asaltar a unos almaceneros lo condenaron

Baleó a la víctima, que resistió el asalto. Pero su esposa reaccionó y le partió una botella en la cabeza. Al huir abandonó la moto y lo detuvieron en el hospital.

Diez días transcurrieron entre el asalto que sufrieron los almaceneros de Centenario, Miguel Zárate Rebolledo y su esposa Lidia Mendoza, y el juicio exprés por el que ayer el acusado del atraco fue condenado a tres años y cuatro meses de prisión.

Por las particularidades del caso el fiscal Maximiliano Breide Obeid solicitó la realización de la audiencia a pesar de la feria judicial y ayer Diego Martín Monsalve, de 29 años, se declaró culpable del asalto a mano armada en el que baleó al almacenero.

Con el consejo de su defensora, Marisa Pascua, Monsalve renunció a impugnar la sentencia por lo que ayer mismo, por disposición de la jueza Carina Álvarez, comenzó a cumplir la pena, que solicitó sea en la cárcel de Senillosa dado que en esa localidad vive su familia.

El violento asalto ocurrió hace apenas diez días, el 8 de julio en la despensa Nancy del barrio Eluney de Centenario en donde el joven irrumpió a cara descubierta, exigió el dinero pero ante la mirada estupefacta de los almaceneros empezó a disparar.

Esa acción llevó a un forcejeo con el almacenero que terminó cuando recibió un disparo en una pierna y su mujer le partió una botella de cerveza en la cabeza a Monsalve, que se dio a la fuga dejando abandonada la moto en la que había llegado.

El caso tuvo una particularidad que llevó a la resolución dada ayer en el acuerdo pleno. Esa noche víctima y victimario se cruzaron en el hospital donde ambos fueron a atenderse por sus heridas y Zárate Rebolledo no dudó en identificarlo.

Hubo dos datos clave por los que el fiscal había planteado la semana pasada la realización de un juicio directo.

El primero es que en la huida del almacén Monsalve se escondió en un patio donde fue visto por su dueña y donde dejó manchas de sangre. El otro: una vez detenido su familia se acercó a la Comisaría a solicitar que les devolvieran la moto de su propiedad, que habían secuestrado de la vereda del almacenero.

Ayer el joven aceptó la condena que, si bien es de cumplimiento efectivo, es el mínimo previsto para el delito que cometió.

Llegó acompañado por su familia y se fue llorando y esposado mientras una pariente le leía versículos de la Biblia y le pedía que se encomendara a Dios.

“Al reconocer la responsabilidad y no tener antecedentes, es política de la fiscalía que se aplique el mínimo de la pena prevista”.

Fiscal a cargo de Delitos Violentos contra las Personas.

Máxima violencia

Datos

“Al reconocer la responsabilidad y no tener antecedentes, es política de la fiscalía que se aplique el mínimo de la pena prevista”.
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disparos efectuó el condenado. Uno dio en el piso, otro en un paquete de gaseosas y otro en la pierna del almacenero.

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