A favor y en contra

Debate

El debate no es nuevo, se intensificó a principios del año pasado en Argentina y promete reactivarse en esta región luego de que el juez Pablo Iribarren decida si autoriza o no a la madre allense a adelantar el nacimiento de su hijo. ¿Hay una de las dos vidas prioritarias? ¿Se trata de un aborto? ¿Debe intervenir la Justicia en este tipo de casos o la decisión final debe circunscribirse al ámbito médico y científico? Todo un tema para la bioética.

Tomando por partes, lo primero que debe resolver en esta oportunidad la Justicia rionegrina, cuando se confirme totalmente que el bebé no tendrá posibilidades de sobrevida al nacer, es otorgar un orden de importancia entre la vida de la madre y la de su hijo.

«Como elemento esencial de esta decisión, se ampara la salud de la madre, cuya estabilidad psicológica -ya afectada por los hechos, que hablan por sí mismos- constituye un bien a preservar con la mayor intensidad posible dentro de los que aquí son suceptibles de alguna protección», señala en uno de sus párrafos la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que avaló la inducción prematura del parto de Silvia Tanus en Buenos Aires.

Del otro lado se encuentran aquellos que defienden a ultranza el derecho a la vida y consideran que, más allá de no contar con chances de supervivencia luego del parto, debe respetarse por sobre todas las cosas a la naturaleza y hay que seguir adelante con el embarazo.

El segundo punto en discusión es un tanto más espinoso y comprende a los límites entre la inducción del parto y el aval al aborto. Mientras que el histórico fallo de la Corte Suprema explicita que ese caso no se trató de un aborto ya que el bebé no muere por la intervención sino por la malformación congénita que padece, desde la Iglesia Católica se expresó que «sería de lamentar que una lectura superficial o descuidada del fallo se interpretara como una apertura a la posibilidad jurídica del aborto eugenésico». A pesar de esta advertencia, desde la mayoría de los sectores de la Iglesia argentina hubo conformidad con la decisión judicial para ese caso particular.

Otra de las razones que esgrimen quienes creen que la autorización judicial es un aval para el aborto es la definición del diccionario de la Real Academia Española, que para la voz «abortar» entiende la acción de «interrumpir la hembra, de forma natural o provocada, el desarrollo del feto durante el embarazo».

El tercer dilema se enfoca en la participación de los responsables de la Justicia en la resolución de cuestiones médico científicas.

No son pocos los que consideraron peligrosa la intervención de la Corte Suprema en el caso de Buenos Aires, ya que se planteó un caso de jurisprudencia, que más adelante -vía interpretaciones dispares- podría ser utilizado para resolver casos diferentes al que promovió el fallo inicial.

Ante esto hay quienes opinan que la decisión final debe pasar por médicos y especialistas en bioética. (AR)


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