«A mi novio lo reconocí por los tatuajes»

Cintia Yanet Yáñez tiene 21 años y dos pequeños hijos fruto de la relación que mantenía desde hacía años con Esteban Sebastián Pacheco. A dos meses de su muerte, mira a sus pequeños para sacar fuerzas «para que la verdad salga a la luz, porque a ellos los mataron» sostiene, coincidiendo en la postura con los padres de Nolberto La Fuente.

La joven vive a escasos 100 metros de la subcomisaría 66 de Mainqué desde hace un poco más de un año, cuando el municipio le adjudicó una vivienda social. Pese a la cercanía, nadie fue a verla para avisarle de la detención y las quemaduras que había sufrido su pareja. «Me enteré por los comentarios, pero yo tuve una sensación de que a Sebastián le había pasado algo cuando vi todo el movimiento de policías y ambulancias».

Al recordar lo ocurrido el 9 de febrero, comentó que su pareja, junto a La Fuente, «habían estado a la tarde en la casa, andaban con una mochila y tenían dos botellas descartables de cerveza. Estuvieron acá, le pidieron la moto a un muchacho al que le había vendido un celular. Esto fue como a la cinco de la tarde, y después no lo vi más».

Ese mismo día, alrededor de las 21, mientras caminaba en dirección a la plaza, comenzó a ver movimientos desesperados de personal de Bomberos Voluntarios, ambulancias y policías.

«Esa noche era todo un revuelo, había mucha gente mirando lo que pasaba, y yo estaba en la plaza con mis dos nenes y me quedé sentada porque pensé que algo le había pasado al Seba».

Minutos más tarde confirmó sus sospechas cuando un familiar le dijo que «'el Abuelo' se había quemado. Entré a la salita y me dijeron que sí que era Seba, y más tarde hablé con la doctora Cosoy, que dijo que estaba grave y lo habían trasladado al hospital de Roca».

«Tenía el 95 por ciento del cuerpo quemado, estaba irreconocible, no era que tenía quemada únicamente la cara, sino que también tenía quemada la espalda, solo lo reconocí por los tatuajes. Además en el hospital nunca me informaron nada, sólo después me enteré que había sufrido paros cardíacos; incluso tuve que soportar que una médica me preguntara si yo me drogaba, cuando yo estaba muy mal por todo lo que estaba pasando», comentó la joven.

Recordó que la noche en la que fue detenido «yo iba para la plaza, y cuando pasé frente a los bomberos, había mucho movimiento. Estaban apurados, cargaron matafuegos en un taxi y salieron, es decir que ni matafuego

tenía la policía; yo veía el movimiento de policía, de bomberos y ambulancias, y nadie me dijo nada. En otras oportunidades, cuando caía preso me venían a avisar, pero ahora nada».

Para ella también resulta incomprensible que su pareja se haya quemado en el interior del calabozo. «Alguien le arrojó algo para quemarlo. Si vos ves fuego te alejás, sin embargo ellos estaban quemados por todos lados, así que por eso creemos que les tiraron algo para quemarlos».


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios