A pedradas, logró salvar a su amigo de un Rottweiler
Fue en Neuquén. El perro luego fue envenenado
NEUQUEN (AN).- Un chico de 14 años salvó a un pequeño de las fauces de un perro Rottweiler arrojándole piedrazos y ladrillos el miércoles por la tarde en el barrio Don Bosco III de esta ciudad. El animal, que mantenía aterrorizado a los vecinos de la calle Fortín Primero de Mayo, ya había atacado a otras personas y fue quizás alguna de sus víctimas la que en horas de la noche le arrojó carne envenenada junto a la cucha. El perro Tony murió ayer por la mañana, justo cuando arreciaban los reclamos de los vecinos para que se lo lleven o lo encierren para siempre.
«Me agaché a atarme los cordones cuando iba al gimnasio y enseguida el perro me estaba mordiendo la espalda y acá en el cuello, pero vino Pancho y le empezó a tirar piedras para que me deje», le contó ayer Héctor a «Río Negro». El chico tiene 8 años y ayer por la tarde estaba más tranquilo a pesar de que no pudo dormir en toda la noche. Una venda cubría su espalda y en el cuello se advertían las heridas de las uñas del perro.
«Me lo traían en brazos y todo ensangrentado, pensé que me moría; le clavó los colmillos, ya hice la denuncia acá y allá, mi marido fue a Zoonosis, fuimos a la Policía pero no hemos tenido noticias ¿Se imagina si lo mordía en el cuello? Encima está lleno de esos perros por todos lados», afirmó ayer la mamá de Héctor, Mariela Falabella. La mujer, a esa hora, no sabía que el perro Tony había sido envenenado.
En medio de la conmoción de los vecinos, todos los reconocimientos fueron para «Pancho», un chico flaquísimo que -en realidad- se llama Héctor Laureano Crespo. Le dicen como le dicen por su andar tranquilo y por su buena onda con los demás pibes del barrio. El chico dice que no fue nada del otro mundo lo que hizo y asegura que no tuvo miedo. «Escuché los gritos y vi que Héctor estaba tirado y agarré unos ladrillos y empecé a tirarle hasta que lo largó, también vinieron otros vecinos», dijo.
Estela Puelman, una mujer que vive casi enfrente de la casa de Héctor, fue mordida en febrero por el Rottweiler y se cansó de reclamar en pos de que las autoridades hagan algo. Estela estuvo en cama por dos mordidas, una en el muslo y otra en la espalda.
«Acá los chicos no salen y encima a la vuelta hay otro perro de estos que ha atacado y matado a otros perritos más chicos ¿qué están esperando? ¿que haya un muerto?. Mire si al nene lo mordía en otra parte y si no lo soltaba», agregó Estela. El perro Tony era de una familia que vive en Fortín Primera División al 900. «Después de lo que pasó ayer, estábamos llamando a Zoonosis para que lo duerman pero alguien, algún vecino, hizo el trabajo y le tiró algo anoche. Hoy lo fui a tirar, qué buenos vecinos. Lo que pasó es que a mi suegra se le quedó abierto el portón y el perro salió y justo estaba el nene», explicó un muchacho que se identificó como el dueño del animal. El joven dijo que la decisión era deshacerse del animal y que puertas adentro nunca fue agresivo.
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