A preservar los glaciares

JORGE CASTAÑEDA (*)

En una sesión histórica, la Cámara de Diputados de la Nación completó la sanción del proyecto de ley de protección de los glaciares con “el objeto de preservarlos como reservas estratégicas de recursos hídricos”. El texto que establece la zona periglacial expresa a ésta como el área “con suelos congelados que actúa como regulador del recurso hídrico, en la media y baja montaña”. Sin duda que son los glaciares uno de los recursos más maravillosos y emblemáticos con que cuenta nuestro país y por eso es nuestro deber defenderlos de todo tipo de contaminación para de esa forma perpetuarlos para las generaciones venideras. Preservar los glaciares y su entorno es una de nuestras mayores responsabilidades, porque son los protagonistas de un paisaje imponente y una reserva inigualable de recursos acuíferos. Al norte se encuentran el Upsala, el Onelli y el Spegazzini y al sur los denominados Mayo, Ameghino y Moreno. Para destacar sus particularidades debemos decir que el glaciar Perito Moreno es el único en el mundo que está en crecimiento hasta el tiempo de romperse, grandioso espectáculo que se da cada tres años y que es centro de atención de todos los amantes de la naturaleza. Estas gigantescas masas de hielo continentales son el resultado de las últimas glaciaciones cuaternarias y están en una fase de desaparición, salvo el caso curioso del Moreno que mencionamos más arriba que continúa sus distintos ciclos sin variantes. Afirman los expertos que “es el trabajo de los siete principales glaciares el que suma masas blancas a las verdes del lago Argentino. Roberto Janz con respecto al Upsala expresaba que “está considerado como uno de los más largos del mundo, excluyendo por supuesto a los glaciares polares. A 1.500 metros de altitud, precisamente en el divortium glaciarum con el Viedma, tiene un ancho de 20 km que mantiene hasta su curso medio, estrechándose luego mientras avanza hacia el brazo norte del lago Argentino, donde sumerge sus hielos tras recorrer 65 km en línea recta de norte a sur. Allí, a 185 metros de altura sobre el nivel del mar, un imponente frente de hielo duro de 4 km de ancho y de 60 a 75 metros de espesor, convulsiona las heladas aguas del espléndido lago. Una tremenda presión provoca periódicamente en algún lugar de la sólida y cristalina barrera, estampidos, sorpresivos estallidos y el natural desplome y dispersión de toneladas de hielo fragmentado, originando un sinnúmero de témpanos que ahora flotan a la deriva, arrastrados por el viento. Transcurren los días de la misma manera que transcurrieron los siglos, y el sol juega sobre los hielos reflejando mil destellos sobre sus cristales que se tornan en otras tantas luces grises, cuando la borrasca oscurece el cielo”. En esta ocasión de la sanción legislativa para su preservación sería apropiado escuchar las sabias palabras del Perito Francisco Pascasio Moreno cuando afirmaba que “Los fáciles goces materiales nos han hecho olvidar, desgraciadamente, nuestros deberes para con la patria, dejándonos absorber por el cosmopolitismo ante lo cual sólo oponemos (y esto de cuando en cuando, como para ocultar nuestra actual debilidad de carácter), el recuerdo fugitivo de pasadas glorias, que en nuestro sibaritismo decadente creemos ser resultado de esfuerzos de hombres diferentes a los del día. Con decirlo, parece que disculpásemos tal debilidad, sin detenernos a pensar que todos los hombres son iguales cuando quieren de la misma manera el suelo en que han nacido, pero las generaciones venideras han de pedir cuenta a la presente de lo que fue argentino y que hoy ya no lo es y, entonces, caerán estatuas y otras honras porque los que de ellas fueron objeto, perjudicaron a sabiendas la patria, sin preocuparse un momento de la responsabilidad en que incurrían”. Atento a las palabras precedentes debemos entender que defender nuestros recursos es una tarea de todos y encomiar la tarea de nuestros legisladores que han llegado a comprender cabalmente que deben abocarse al tratamiento de todos estos temas que son de fundamental importancia para la patria de los argentinos. (*) Escritor. Valcheta


JORGE CASTAÑEDA (*)

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