“¿A quién protegen las leyes y las instituciones?”

Estimados amigos, necesito de su ayuda para entender a quién protegen las leyes y las instituciones, porque no entiendo o no me cierra cómo funciona el sistema, y para que entiendan de qué estoy hablando les daré como ejemplo mi caso. Hace cuatro años (en el 2006) me detectaron un tumor, por lo que tuvieron que extirparme el riñón izquierdo. Esto trajo aparejada una operación de más de 40 centímetros con una eventración posterior de más de 15 centímetros, dolores interminables, inconvenientes para el desenvolvimiento diario, etcétera. Tardó en cerrar completamente la piel cinco meses, tras los cuales retorné a mi trabajo. Pocos meses después se me detectó un tumor en el pulmón izquierdo y al hacerle la consulta al médico de la empresa éste me preguntó “qué hacía yo trabajando”, dado que hacía casi un año que tenía que estar jubilado. Al enterarse de esto, la empresa me solicitó amablemente que iniciara los trámites de jubilación, realizara el reposo que ordenaba el médico y me operara –no está de más decir que la empresa se portó correctísimamente en todo sentido–. Me operaron a comienzos del 2007, y nuevamente dolores, complicaciones, etcétera. Jubilado con el 70% de incapacidad por el riñón, dado que no tomaron en cuenta la operación del pulmón y otros problemas, pasé de tener la Obra Social de Petroleros a tener PAMI. Claro, ya no daba ganancias al sindicato, como a todos, ¿no? Traté de solicitar al Jucaid un certificado para tramitar el pase libre en la municipalidad, dado que no puedo viajar parado en colectivo; éste me fue negado aduciendo que para ellos no era discapacitado. Ahora apareció un tumor en el riñón derecho (el que me queda). Siguiendo las directivas de PAMI y derivado por mi médico de cabecera asistí a los especialistas que me atienden y que son prestadores de PAMI, con ellos se fijó como fecha de operación el 15 de junio en una clínica de la calle Rioja de Neuquén, donde vivo. Pero ¿qué sucedió? PAMI no paga, o tarda, a los profesionales, las clínicas y los laboratorios y aduce que esto sucede porque aquéllos pretenden mucho e incluso detectaron irregularidades en la facturación –cosa que yo denuncié personalmente por nota hace más de un año–. Entonces fui personalmente a PAMI a hablar con el interventor y explicarle mi caso… nunca lo conseguí, pero en su lugar me atendió otro médico que muy amablemente emitió la orden para operarme en una fundación de la localidad de Cipolletti, a la que desconozco y nos queda, a mi grupo familiar y a mí, bien a trasmano, dado que vivo en la zona oeste de Neuquén. Pero esto no es todo: al expresarle que tenía que realizarme una Uro-RNM, me hizo otra orden para otra institución de esta localidad. Los que entienden un poco del tema saben que el resultado de un estudio de imágenes depende del operador y del equipo, por eso se denomina a los resultados como “operador-dependientes”. Esto quiere decir que no puedo realizar el estudio donde normalmente lo he estado haciendo durante estos casi cuatro años con el equipo y los profesionales que los han estado haciendo, porque el PAMI no paga y yo no tengo el dinero para hacerlo –aclaro que estamos hablando de 500 pesos–. Y la remato: este profesional, al expresarle que tenía que hacerme una espirometría, me dio otra orden para que me la hicieran en Cipolletti, y cuando le expliqué mis problemas de traslado no tuvo ningún inconveniente en explicarme que si llamaba al 138 pondrían una ambulancia a mi disposición. Estamos todos locos. Eso sí, han cambiado los dos televisores de 29 pulgadas de la sala de espera por tres plasmas de 42 pulgadas para que los esperan que les lleguen los anteojos, la autorización para tratarse las cataratas o les saquen los parches de los ojos por caerse a causa del Parkinson u otra dolencia puedan ver los partidos del Mundial. Ah, si no me opero pronto el tumor crecerá y perderé el riñón derecho… no quiero ni pensar cuánto le van a costar a PAMI las sesiones de diálisis que tendré que hacerme día por medio. Agustín Abbaticchio, DNI 12.964.154 Neuquén