Absolvieron a Pierucci por el beneficio de la duda
Dos jueces lo hallaron inocente pero el tercero le atribuyó un robo.
NEUQUEN (AN) – El tribunal de la Cámara Criminal Segunda absolvió por el beneficio de la duda a Miguel Angel Pierucci en el juicio que se le siguió por su presunta participación en el el robo en una agencia de turismo, en octubre de 1997 en esta ciudad. El fallo fue por mayoría, dos jueces dictaminaron en su favor y el tercero lo responsabilizó del hecho.
La clave fue el testimonio de una de las víctimas que incriminó al imputado, a quien si bien le creyeron su versión, entendieron que pudo confundirse al reconocer al sospechoso.
El fiscal Ricardo Mendaña había pedido una condena de tres años de prisión en suspenso y el defensor Martín Segovia su absolución.
Pierucci fue llevado a juicio acusado de ser uno de los autores del atraco contra el matrimonio de Verónica Bocos y Juan José Pilotto, a quienes les sustrajeron 5.262 dólares, aunque el botín que buscaban los delincuentes eran los 30.000 pesos que terminaban de retirar de la agencia local del Bansud.
Bocos reconoció a Pierucci como uno de los asaltantes un par de meses después, durante una fiesta escolar en una iglesia de Cipolletti, de donde al igual que el imputado son oriundos.
Posteriormente, en ronda de reconocimiento y en el debate oral, fue también reconocido en un alto grado de certeza por otras dos víctimas, las dueñas de la agencia de turismo.
En el primer juicio cumplido el año pasado la Cámara Criminal Primera, también en fallo dividido, condenó al sospechoso a cuatro años de cárcel. Pero Pierucci apeló esa condena y el Tribunal Superior de Justicia ordenó que se realizara un nuevo debate.
En ambos juicios tanto el fiscal como el defensor apelaron a similares pruebas de cargo y descargo respectivamente. Pero sin duda que el eje de la acusación fue el reconocimiento que hizo Bocos de Pierucci, a quien acusó de manera contundente.
La defensa por su parte sustentó sus argumento en los testimonios de familiares del imputado y unas jóvenes, que le alquilaban un departamento, quienes aseguraron que en los horarios del robo el imputado estaba en su casa de la vecina ciudad.
Tras calificar de «excelente» el trabajo del fiscal y del defensor y de cuestionar al juez de instrucción -cuestionó que no se siguiera una pista que permitía pensar que los autores podrían pertenecer a una fuerza de seguridad, por ejemplo-, el doctor Emilio Castro dijo que los testigos de los dos bloques -de acusación y descargo-, convencieron por su honestidad y sinceridad, que ninguno mintió, que fueron absolutamente veraces.
«La cuestión es que no es una verdad absoluta, objetiva, sino personal y subjetiva. Para cada uno es objetiva (especialmente Bocos), pero esto no cambia las cosas, siempre se trata de una verdad personal», añadió.
Destacó que la mujer «es absolutamente sincera y honesta; impecable y fue el punto más fuerte del fiscal».
Pero también sostiene que su versión «no es invulnerable. Llega a Pierucci porque buscaba a Pierucci» y por lo tanto sostiene que la base acusatoria del fiscal «se fisura».
«Es posible y no es improbable que tenga razón -Bocos-, pero también es posible y tampoco puede descartarse que se confunda y que Pierucci sea inocente». Ante el planteo concluye que la duda debe resolverse en favor del acusado y propuso la absolución, a la que adhirió el vocal Antonino Gagliano.
«La individualización de Pierucci por parte de las víctimas, si bien es una suma de casualidades, se convierte en certeza ante los contundentes reconocimientos y testimonios claros, ordenados, circunstanciados, creíbles, mesurados, ecuánimes, prudentes, de todos los ofendidos», sostuvo por su parte el juez subrogante Alfredo Velasco Copello, entre otras consideraciones, para dar por acreditado que Pierucci participó como coautor en el robo investigado.
Particularmente, resaltó el firme relato de Verónica Bocos.
También opinó que no se podía descartar que el auto empleado en el asalto, era el Pointer azul del imputado.
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