AC/DC, o la vuelta del rock «pulenta»

Thrash Metal. Speed Metal. Nü Metal. Nü Punk. Limp Bizkit. Linkin Park. System of a Down. Rok de Garage. The Strokes. Jet. Blink 182. MTV y sus bandas-hechas-a-medida. Los unplugged. American Idol. Ozzy, Dave Navarro y Gene Simmons, o los reality del rock. Kiss con maquillaje, sin maquillaje y otra vez maquillado. Emos y Floggers. I-Tunes. Bandas de un primer gran disco, que tropiezan con el segundo y no llegan al tercero. Grandes bandas que se separan mal y vuelven a reunirse y facturar no tan mal? Todo cambia, todo pasa y lo que queda siempre es AC/DC.

 

Estás igual. Es la única banda que nadie quiere que cambie. La única de la que se espera siempre lo mismo, que no es otra cosa que lo que todos quieren. Su rock duro apenas si se modificó algo en los 33 años que llevan girando.

El quinteto anglo-australiano siempre suena igual a sí mismo y no aspira a nada diferente. No aspiró a ello y no lo hará en lo que le queda de vida, que no es más que la vida de sus guitarras, las de los hermanos Young. Y de Brian Johnson, la voz.

 

Raíces. Es cierto, también siguen estando los Rolling Stones. Pero mientras Jagger y Richards buscaron sonar a tono con las épocas, Angus y Malcolm, las guitarras hermanas, no cambiaron una nota. Los Stones sonaron discotheque a fines de los ´70, sonaron pop en los ´80, fueron acústicos cuando el mercado lo indicó y volvieron a las raíces cuando los años les golpearon la puerta y les sugirieron que lo mejor era ya volver al sonido del principio, ese que AC/DC nunca dejó de ensayar.

 

Voces. El único cambio en la banda fue empujado por una tragedia, la de la muerte, en febrero de 1980, de su cantante y frontman Bon Scott. Su etapa, la de los ´70, fue de rocanrol. Ni heavy ni metal, sólo rocanrol, clásico y simple, ese del que Black Crowes es su mejor discípulo contemporaneo.

Con Brian Johnson, la cosa se puso algo más pesada, en parte por su propia voz, en parte porque Angus , el «guitar hero» de la banda lo acompañó con riffs más densos y cadenciosos, caídos de su guitarra como una cortina de acero.

La garganta etílica de Bon lanzaba una voz más bien aguda y de tonos altos. (Des)afinada justo para el rocanrol desenfrenado que AC/DC practicaba por entonces. Sin lujos ni pretensiones. Pero la muerte del cantante insignia obligó a un reemplazo.

 

Viejo conocido. Johnson no era un extraño para AC/DC, ni para Bon Scott, que había sido telonero de Geordie, la banda de Jonhson en los ´70. Y fue el propio Scott quien le habló de Johnson a Angus, después de oírlo cantar canciones de Little Richard en un club de Londres.

Lo que más le impresionó a Bon fue la voz de Brian y su modo de desplazarse sobre el escenario. Ese andar como oscilando de un lado a otro, con las piernas rígidas, como suelen caminar los actores que interpretan zombies. Eso mismo haría Brian desde el primer día que fue un AC/DC, en aquel negro abril de 1980, hasta hoy mismo.

 

Básicos. AC/DC nunca introdujo un instrumento ajeno a su rock? excepto gaitas. Nada extraño tratándose de una banda con sangre escocesa y de Bon Scott que, como buen escocés, era gaitero. Él mismo la toca en «It´s a Long Way to the Top», esa canción con la que Jack Black cierra su performance rodeados de niños rockeros en la película «School of Music»).

No existen arreglos musicales por fuera del rocanrol en AC/DC. Ni vientos (ya hablamos de las gaitas), ni teclados, ni mucho menos voces femeninas. Para AC/DC, las mujeres siempre fueron su mejor decorado para video clips y la mejor compañera de ruta en las letras.

 

Ropas. Angus sigue vistiéndose con su uniforme escolar azul oscuro y su gorra, cada vez que personifica al enajenado guitarrista de AC/DC. Y sigue deslizándose sobre el escenario con su pasito del pato y encorvándose sobre su guitarra para escupir los riffs que todos esperan escuchar siempre. Por eso, mientras AC/DC siga en el camino, la casa del rock estará en un inquietante (des)orden.

 

La hermana mayor. Si los hermanos Young son el motor del grupo, no lo fue menos Margaret, la hermana de ambos, al menos en los inicios. Fue ella quien le recomendó a Angus abandonar los disfraces de Superman y el Hombre Araña con los que solía salir a escena y vestirse con el uniforme que utilizaba en el colegio secundario.

También fue ella quien sugirió el nombre de AC/DC para el grupo, después de que los chicos vieran la sigla escrita en su máquina de coser. Pero ¿querían decir exactamente eso? Las interpretaciones se abrieron demasiado.

Algunos sugirieron que se trataba de un tipo de jerga referida a la bisexualidad. Otros pensaron en AntiChrist/DevilChrist (AntiCristo/Cristo del Diablo). ¿AC/DC?, banda satánica. Nah! El nombre del primer disco sepulta el debate: «Alto Voltage». Se trata de electricidad, amigos.

 

Escoceses. Nacidos en Glasgow, los hermanos Angus y Malcolm dejaron la isla británica a mediados de 1963, junto al resto de la familia Young. Todos se radicaron en Sydney, Australia, el gran patio trasero de la Gran Bretaña.

Bon Scott también era escocés. Nacido en 1946 en Kirriemuir, condado de Angus (curiosamente), en 1953, se trasladó con toda su familia a Melbourne en 1952.

Delicuente menor y asiduo visitante de las celdas de las comisaría de la ciudad, el joven Bon siempre alternó entre los líos con la ley y el rock, un cockteil perfecto para ser el frontman de una banda de la ciudad vecina, comandada por dos hermanos con buena cara de inadaptados sociales. Fuera Dave Evans de la banda, fue el turno de Bon.

 

35 años después. Ya nadie espera que AC/DC cambie. O muestre algo nuevo. Tampoco nadie quiere que eso ocurra. «Black Ice» tiene que traer todo ese rock que sólo AC/DC nos da. La crítica también se resignó. Angus es uno de los mejores guitarristas de la historia del rock, aunque siga vistiendo su uniforme escolar a los 60 años. El eterno riff se repite, la sabemos, pero es rock y nos gusta.

La lista de tracks del disco por venir son el mejor indicio de que se trata de las mismas historias: «Skies on FIRE», «Big Jack», War Machine», «She likes Rock´roll», «Money Made»? ¿Cuántas veces escuchamos estas palabras en la boca de Bon y de Brian…?

Ni hablar del primer corte, que se puede oir desde agosto: «Rock´n roll train».

La guitarra y la garganta. Ahí está Angus, su uniforme y su pasito del pato. Ya no agita su melena de fuego, pero si su cara de inadaptado social. Y tiene sus riffs, claro.

Y ahí está Brian desgarrando su garganta, mientras canta con la mandíbula tensa y las muelas bien apretadas hasta sonar como una motosierra. Y vestido como el camionero británico que alguna vez fue, danzando el baile del zombie.

Ahí está AC/DC, con más de lo mismo. Y no nos molesta. Nos gusta.


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