Acompañan el cambio hacia una economía más solidaria en alimentos

Es un proyecto de investigadoras de la Universidad Nacional de Río Negro. Con fondos del Ministerio de Ciencia de Nación, hicieron mapeo de la red, que ayudará a garantizar el abastecimiento de alimentos después de la pandemia.

El futuro de la producción y el consumo de los alimentos para después de la pandemia ya es un tema de atención para investigadores en ciencias sociales y economía de la Universidad Nacional de Río Negro.

Antes de la pandemia, el equipo conformado por Evelyn Colino y María Dulce Henríquez Acosta venía trabajando en el acompañamiento de una red que vincula a productores con consumidores de alimentos en Patagonia Norte. El desafío es como mejorar el vínculo para reducir el número de intermediarios, conseguir mejores precios y productos saludables, a pesar de las largas distancias en la región.

Al ser entrevistada por RÍO NEGRO, Evelyn Colino, investigadora del Conicet y directora del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Territorio, Economía y Sociedad (Cietes), de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) contó que “la pandemia visibilizó la necesidad de poner en valor la agricultura familiar y la producción local de alimentos”. Se enfocaron en cómo mejorar la promoción del “consumo de cercanía” y la generación de ingresos que queden en las economías regionales como estrategia para la pospandemia. Para eso, durante 2020 realizaron un relevamiento de productores y consumidores. La información servirá para incentivar la construcción de políticas públicas en la provincia de Río Negro.

“Vamos a asistir a procesos de mayor desempleo e ingresos pulverizados en la región. Por eso, insistimos en algo alternativo al sistema hegemónico”, resumió Colino, que lidera el grupo que a principios del 2019 conformó la Red de Alimentos Cooperativos Norpatagónicos. Esa Red reúne hoy a diferentes organizaciones de productores y consumidores con un fuerte enfoque en la economía solidaria.

Durante la pandemia, el equipo obtuvo financiamiento del Consejo Federal de Ciencia para crear un mapeo georreferenciado de los intercambios entre productores (primarios y elaboradores de alimentos) y consumidores, con el menor número de intermediarios posibles en Río Negro, explicó.

“Seguramente, nos encontraremos con un crecimiento. Se nota cada vez más que los consumidores se están volcando a estos sistemas de consumo locales. Hay una fuerte identificación o toma de conciencia de lo que es recurrir a economías locales, a negocios de cercanías porque sabemos de dónde viene el producto”, aseguró Colino.

Esta docente de la UNRN puso como ejemplo a Bariloche, donde “han proliferado ofertas de alimentos elaborados en los barrios y gente que empieza a cocinar como estrategia de supervivencia. Apuntamos a conocer mejor lo que está pasando y diseñar políticas públicas de promoción de estos espacios y regularización de la actividad en la provincia”. En Bariloche, el Concejo Municipal aprobó una ordenanza este año que habilita la regularización de las cocinas comunitarias. De esta forma, muchos productores obtendrán una habilitación para poder vender, una vez que esa ordenanza se reglamente.

La primera etapa del relevamiento del equipo de investigadores de la UNRN concluirá en diciembre. Entre los meses de febrero y marzo, se retomará la segunda parte. La idea de los investigadores es realizar un encuentro en abril con los actores relevados para promover un espacio de intercambio de análisis de la situación regional. El cuestionario incluye 30 preguntas para conocer cuántas personas trabajan en la actividad, si tienen empleados, en qué condiciones están, si tienen personería jurídica, si están asociados o reciben subsidios.

El objetivo es generar una base de información sobre estos sistemas de producción, de comercialización y abastecimiento pero el fin último –reconoció Colino– es aportar información actualizada de la región norpatagónica para la toma de decisiones en términos de políticas, de acompañamiento a productores. “Abarcamos todo lo que es frutihorticultura de la zona del valle, carne en la región sur”, explicó Colino y describió que en Bariloche está “el nodo más grande de la provincia”. El colectivo Al Margen ya suma más de 300 familias.

La experiencia del acompañamiento a productores y consumidores de cercanía fue presentada en octubre por las investigadoras en el II Congreso Internacional de Desarrollo Territorial. El financiamiento del proyecto de investigación-acción fue aportado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación. También participa personal técnico del Inta. Aún no ha finalizado, pero se espera contribuir a fortalecer la Red como una herramienta para potenciar estrategias de comercialización y que la región garantice la seguridad alimentaria.


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