Aconsejan bucear sobre las causas de la evasión

No basta con las persecuciones que realiza la AFIP. Lo sugirió ayerel VII Congreso Tributario Nacional.

SAN MARTIN DE LOS ANDES- Una actitud que trascienda lo meramente persecutorio y formal para bucear en las causas y los alcances de la evasión, recomendó entre sus conclusiones el Séptimo Congreso Tributario Nacional, que deliberó en esta ciudad a lo largo de cuatro días y concluyó ayer. Propuso además un tratamiento especial para pymes y un régimen de incentivos para los contribuyentes cumplidores, a la vez que advirtió sobre la existencia de relaciones entre las conductas de evasión y la corrupción.

Expertos tributaristas nacionales y extranjeros asistieron a las jornadas que se desarrollaron en el hotel Sol de los Andes, organizadas por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal. De la apertura participó el titular de la AFIP, Carlos Silvani, quien en esa ocasión dio detalles finos de la evasión en la Argentina, que sólo en el IVA alcanza los 8.032 millones de pesos o casi el 27 por ciento de la recaudación potencial estimada para ese gravamen.

Aunque en todo momento se definió a la evasión impositiva como un fenómeno complejo y dinámico de múltiples causalidades, se dejó en claro que se trata de un delito o fraude que debe ser combatido tanto por su ajuricidad como por crear distorsiones en el sistema y en los presupuestos. Asimismo, se advirtió de la necesidad de una legislación severa y ejemplificadora para castigar a los evasores, pero también se subrayó que por sí sola no alcanza para combatir este fenómeno.

En efecto, se enfatizó sobre las situaciones que inducen en la práctica a comportamientos de evasión fiscal. Las tasas excesivas y los impuestos arbitrarios, la multiplicación o proliferación de normas que confunden o desalientan al contribuyente, figuran en ese renglón. Del mismo modo, se reconoció que «la constante erosión de la conciencia fiscal se produce como consecuencia del accionar desmedido de agentes corrosivos de la moral pública, como la malversación de fondos, la corrupción y la falta de equidad tributaria», en contraste con la percepción de que el estado no satisface las necesidades básicas.

Entre las conclusiones y recomendaciones se destaca que «la crisis de la lucha contra la evasión se debe atribuir a que los planes de acción técnico penales no se han dirigido a la investigación del hecho imponible sino a centrarlos en tareas de mero control formal».

En ese sentido, el presidente de la comisión dedicada al tema «evasión fiscal» a lo largo del congreso, Humberto Bertazza, explicó a este diario que «en cualquier país avanzado que tenga un régimen penal que funcione bien, lo que se tiene que hacer es investigar la causa en la que se presume que hay un delito (fiscal), determinar sus elementos, determinar cuál es el delito en sí y constatarlo. En cambio -continuó- aquí no se llega al fondo de la cuestión y el tema se queda en las formas del procedimiento, como el miedo o la persecución» al contribuyente.

Precisamente, otra de las conclusiones del congreso es que «no se pueden aplicar presunciones desde lo administrativo para definir una conducta dolosa», todo lo cual lleva a quebrar el principio de presunción de inocencia.

Llamaron la atención sobre el hecho de que toda la sociedad padece las consecuencias de la inconducta fiscal, y advirtieron que la evasión lleva a potenciar la carga sobre los contribuyentes cumplidores.

En ese contexto, se promueve la implementación de un régimen de incentivos para personas y empresas que honran sus impuestos, como una forma de inducir una más sólida conciencia fiscal. También, la aplicación de un tratamiento especial para las Pymes.


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