Acusan a grupos racistas británicos por los disturbios
Las autoridades británicas reforzaron la seguridad en la localidad de Oldham, en el norte británico, después de la segunda noche de disturbios que protagonizaron blancos y vecinos de origen asiático. En la madrugada de ayer, sólo la lluvia pudo apagar la disputa entre ellos y contra la policía, hecha con piedras y bombas molotov. El primer ministro Tony Blair, en campaña electoral, acusó por las agresiones a grupos extremistas blancos foráneos.
OLDHAM, Gran Bretaña, (Reuters).- Las autoridades británicas acusaron ayer a extremistas blancos de otras zonas de los disturbios del fin de semana entre blancos y asiáticos en la localidad de Oldham, al norte de la provincia de Inglaterra.
La violencia racial estalló en la madrugada de ayer por segunda noche consecutiva en las calles de Oldham, un suburbio de Manchester donde vive una gran comunidad asiática, en tanto en una localidad de Buckinghamshire se registraron también incidentes de sello racista.
La policía reforzó la seguridad para prevenir la repetición de la violencia después de dos noches en las que blancos y asiáticos, fundamentalmente de las comunidades de Bangladesh y Paquistán, se enfrentaron entre ellos y con la policía, arrojando piedras y cócteles molotov en los peores enfrentamientos raciales de los últimos años.
Después de que una cerrada lluvia aplacó la violencia, las calles de la sombría localidad industrial cerca de la ciudad de Manchester aparecieron sembradas de cristales rotos y otros escombros. Las oficinas de un periódico local resultaron seriamente dañadas por las bombas.
La mezcla explosiva es constante: racismo, pobreza y desconfianza hacia la policía. En ambos casos encendieron la mecha los extremistas de derecha que luchan por la supremacía de los blancos. Sus provocaciones fueron lanzadas en un clima ya envenenado por una campaña electoral donde las polémicas sobre el derecho de asilo y la inmigración clandestina derivaron a veces al terreno minado de la identidad nacional.(ver aparte)
Un triste espectáculo para un país que, al menos en su mayor parte, se enorgullece de ser multicultural y multiétnico.
Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina el 7 de junio, el primer ministro Tony Blair dijo que el incidente no era propio de las relaciones interraciales en Gran Bretaña.
«La gran mayoría de la gente quiere vivir en paz y armonía los unos con los otros», declaró Blair durante un acto electoral al noreste de Inglaterra.
Michael Meacher, ministro del gobierno que defiende el escaño parlamentario correspondiente a Oldham en los comicios de junio, acusó al Frente Nacional de extrema derecha de iniciar la violencia.
Cuando se le preguntó en una rueda de prensa sobre la campaña en la zona de otro grupo de extrema derecha, el Partido Nacional Británico, el superintendente jefe de Policía Eric Hewitt no dio nombres, pero afirmó: «Creemos que parte de esto ha sido producido por la intervención de elementos de fuera en algunas ocasiones». Estos grupos, según él, están ahora «marginados». En un llamamiento a la calma, Hewitt prometió mantener una fuerte presencia policial en las calles de Oldham.
Pro su parte, el presidente del extremista Partido Nacional Británico, Nick Griffin, quien se postula para un escaño en el parlamento de Oldham, dijo que cuando el pueblo era sólo una comunidad blanca «este tipo de problema no se producía».
También ocurrieron enfrentamientos raciales en el sudeste de Inglaterra, en la localidad de Aylesbury, donde unos 60 jóvenes asiáticos tomaron parte en incidentes violentos contra extremistas blancos.
La policía detuvo a 13 asiáticos y siete blancos, pero mantuvo la precaución a la hora de relacionar estos incidentes con los de Oldham. Meacher afirmó que los conflictos en Oldham estaban relacionados con dos incidentes ocurridos la semana pasada: una pelea en una escuela entre asiáticos y jóvenes blancos y la detención de un joven blanco conocido por sus ideas racistas, que provocó el ataque contra una tienda paquistaní y el asalto a una mujer paquistaní.
Al menos 30 personas resultaron heridas y 37 fueron detenidas durante estos enfrentamientos, que han colocado las relaciones interraciales, el delito, las cifras de inmigrantes y de peticiones de asilo en los primeros lugares de la lista de temas electorales.
Muchos de los jóvenes asiáticos involucrados en los incidentes nacieron en Gran Bretaña de padres procedentes de Paquistán y Bangladesh que emigraron para trabajar en fábricas textiles en la década de 1960.
Las minorías étnicas, principalmente procedentes del Caribe, India, Africa y China, componen el 5% de la población británica.
Análisis: Exclusión y campaña
Las persistentes tensiones raciales, la pobreza y una campaña donde políticos ávidos de votos derechistas no dudaron en utilizar el tema migratorio como caballito de batalla conforman el explosivo cóctel social que estalló en estos días en Oldham.
«Vimos subir la tensión estos últimos meses, pero nunca habíamos visto escenas como estas», comentó el comisario Eric Hewitt, todavía conmovido mientras que los canales de televisión difundían las imágenes de automóviles quemados, pubs saqueados y vidrieras de negocios destrozadas.
Las escenas no son nuevas. Ya se vieron en los años «90 en los bolsones deprimidos de Oxford, Leeds y Cardiff; y también en la década precedente en Brixton, Southall y Toxteth.
El enfrentamiento del sábado fue el peor en 20 años, después de aquel estallido de 1981 en el barrio londinense de Brixton, entre inmigrantes caribeños y la policía. Esa vez hubo 300 heridos y 10 millones de dólares de daños.
Ahora ocurre en Oldham, donde el 40 % de los jóvenes asiáticos están desocupados y donde desde hace meses y sin ser molestados los racistas del «National Front» ( integrado por el Partido Nacional Británico (BNP), de ultraderecha) provocan, agreden y distribuyen volantes, creando en las comunidades de originarias de Pakistán y Bangladesh un sentimiento de inseguridad y miedo y desconfianza hacia la policía, que, aseguran, no se esfuerza detenerlos.
También la postura antimigratoria en el discurso electoral de los partidos Conservador y Nacional Británico está vinculada directamente con los enfrentamientos raciales
En Oldham el ultraderechista BPN realiza un activa y muchas veces insolente campaña antiinmigrante respaldada por sus dos candidatos para las elecciones legislativas en la ciudad de 225.000 habitantes, que tiene un 10% de población de origen asiático.También los «tories» (conservadores) han lanzado como una de sus propuestas electorales la de encerrar en centros de detención a todos los solicitantes de asilo político que llegan a Gran Bretaña mientras se examina su demanda.
«Aquí hay dos problemas», comentó este domingo a la televisión el paquistaní Imran Jan, un ex jugador muy popular de cricket. «Uno es que todavía hay racismo en Gran Bretaña. Y el otro que ciertos políticos utilizan el racismo, el miedo a los inmigrantes, como una herramienta política», señaló.
OLDHAM, Gran Bretaña, (Reuters).- Las autoridades británicas acusaron ayer a extremistas blancos de otras zonas de los disturbios del fin de semana entre blancos y asiáticos en la localidad de Oldham, al norte de la provincia de Inglaterra.
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