Adrenalina

LA SEMANA EN BARILOCHE

De acuerdo al código electoral aprobado hace seis años, Bariloche tiene fecha fija para sus comicios municipales, que deben realizarse el primer domingo de septiembre. Pero ese avance institucional -impuesto también en la Nación-, no llegó todavía al régimen electoral de Río Negro, donde el titular del Ejecutivo puede manejar el llamado a pura conveniencia.

Ese desacople neutraliza de algún modo la previsibilidad buscada en Bariloche, ya que los comicios provinciales influyen de modo inevitable y la discrecionalidad que rige en Viedma para la fijación de la fecha también derrama incertidumbre sobre el escenario local.

Tanto es así que las estrategias y proyectos rumbo al 6 de septiembre recién comenzaron a afinarse esta semana, luego del resultado del último domingo.

El contundente triunfo del gobernador Alberto Weretilneck, quien cosechó en Bariloche el 54% de los votos, no hizo más que instalar a su candidato a intendente, Gustavo Gennuso, como el rival a vencer.

Aunque no lo asuman expresamente en esos términos, en la carpa del PJ admiten que les espera un arduo trabajo para “polarizar” la elección, en primer término, y para retener -luego- el gobierno municipal.

Lo primero suena improbable, ya que el electorado de Bariloche tiene tradición de otorgar mayorías acotadas y deparar buenos resultados a las “terceras fuerzas”. Y lo segundo, en teoría, también demandará al oficialismo repechar una cuesta empinada, a la vista del terminante resultado del último domingo: el Frente para la Victoria, con su candidato Miguel Pichetto, quedó 23 puntos detrás del gobernador.

La intendenta María Eugenia Martini, que pugnará por la reelección, admitió el golpe. Su liderazgo de proyección provincial quedó visiblemente mellado, pero se consoló con la idea de que “no hay una elección igual a otra”. También la esperanza toda el agua que deberá orrer bajo el puente en las once semanas que faltan para las municipales, incluidas las PASO de agosto y la onda expansiva que podría aportar un buen resultado nacional para el FpV.

Si acierta en corregir los errores que hundieron la performance de Pichetto en Bariloche, las opciones de Martini están intactas. De otro modo cuesta imaginar cómo logrará la intendente que una porción importante de los votantes de Weretilneck la prefiera a ella antes que a Gennuso. Lo necesita obligadamente para ganar en septiembre.

Pero si la fecha en cuestión aparece lejana, lo es más aún si se tiene en cuenta que Martini deberá atravesar antes una interna en el PJ. En un anunció que le puso adrenalina al panorama, el secretario general del partido en Bariloche, Roberto Camba, adelantó que desafiará a la intendente con su propia precandidatura “para que decidan los afiliados”.

También el presidente del Concejo Municipal, Ramón Chiocconi, expresó la misma aspiración, aunque en el último tiempo limó asperezas con Martini y no sería extraño que terminen por compartir lista, para mantener en cada caso los cargos que ya ocupan.

Si algo está claro es la inclinación de los electores a definir su voto a último momento, por enojos o simpatías puntuales, y con escaso apego a los mandatos partidarios.

Una buena temporada turística, la ausencia de emergencias climáticas o volcánicas y un conveniente despliegue promocional en los medios de prensa podrían jugar en favor de Martini.

Como quien busca exorcizar ansiedades, la intendente dijo hace unos días que está “concentrada en la gestión” y dio a entender que por ahora será ésa su campaña.

En un ambiente de preferencias volátiles y desentendidas de cualquier cimiento ideológico (más aun que hace cuatro años), Bariloche camina hacia una nueva encrucijada electoral. Con esos bueyes deberán arar los candidatos.

dmarzal@rionegro.com.ar

Daniel Marzal


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