Afirman que hay pruebas sólidas en la causa de las coimas

La confianza es la característica que esgrimen por estas horas el «arrepentido» Mario Pontaquarto y su abogado Hugo Wortman Jofré, en la causa de los sobornos en el anterior Senado.

Pontaquarto, que ayer regresó al país, celebró la decisión del juez federal Rodolfo Canicoba Corral de avanzar no sólo sobre los senadores que habrían cobrado coimas para aprobar la ley de Reforma Laboral sino también sobre quienes sobornaron a los legisladores. «Si había sobornos, alguien cobró y alguien pagó…a mi siempre me llamó poderosamente la atención que en esta causa estuvieran imputados sólo los que habían cobrado y no lo que habían pagado», expresó Pontaquarto, ex secretario parlamentario y acusado en el proceso por el reparto de coimas en el Senado.

Wortman Jofré, por su parte, planteó que el informe que le permitió al juez detectar el día y hora de los llamados entre Pontaquarto y los imputados por el asunto de los sobornos en el Senado, los ex legisladores Emilio Cantarero de Salta y el rionegrino Remo Costanzo, son elementos probatorios «fundamentales».

Aún cuando reconoció que el mecanismo no permite revelar el contenido de las comunicaciones, que las mismas se hayan reali

zado la noche en que se aprobó la reforma laboral le dan al juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral, un «elemento probatorio de primer orden», señaló Wortman Jofré.

El juez Rodolfo Canicoba Corral, en tanto, espera recibir en los próximos días el informe de los expertos de Gendarmería Nacional encargados de realizar el peritaje de una suerte de certificado que, según Pontaquarto, le entregó el 26 de abril de 2000 el entonces senador Cantarero para detallar la nómina de beneficiarios de las presuntas coimas.

Según Pontaquarto, Cantarero le suministró ese documento luego de recibir, de manos de secretario parlamentario, maletas con 4,3 millones de pesos supuestamente destinados a los senadores que modificaron sus votos para dar luz verde a la sanción de la Ley de Reforma Laboral, fogoneada por el Gobierno del entonces presidente Fernando de la Rúa (1999-2001).

El «arrepentido» dijo que, a instancias del propio De la Rúa, el 18 de abril de 2000 retiró de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) 5 millones de pesos presuntamente asignados a la compra de votos en el Senado.

Al referirse a la ronda de indagatorias que dispuso Canicoba, Pontaquarto opinó hoy que «ahora me parece que tiene más cohesión porque si bien hay imputados de la parte que cobra también hay imputados por la parte que dieron la orden de pagar, me parece bien». El ex secretario de Inteligencia, Fernando de Santibañes, fue citado a declarar el próximo 9 de enero bajo el cargo de cohecho agravado. Por ese delito también sería indagado De la Rúa, a quien el juez convocaría en febrero.

Una mirada esquiva

BUENOS AIRES (ABA).- Como si los estudios jurídicos fueran pocos en las manzanas que rodean al Palacio de Tribunales, o como anticipando lo que podría ser un encuentro «forzoso» en el despacho del juez Rodolfo Canicoba Corral en Comodoro Py; la semana pasada como obra de la casualidad coincidieron en el mismo sitio el ex senador Remo Costanzo y quien lo involucrara en el affaire de las coimas, el arrepentido Mario Pontaquarto.

Costanzo llegó a las cinco de la tarde para ver a su abogado, Esteban Righi, quien tiene su buffet en el sexto piso de un edificio de la calle Libertad, casi esquina Arenales.

En ese momento, se retiraba del mismo lugar Pontaquarto acompañado de su letrado defensor Hugo Wortman Jofré. Ocurre que éste tiene su oficina tres pisos más abajo que la de Righi.

Pontaquarto se detuvo para observar a Costanzo, pero éste desvió la mirada como si no lo hubiera visto.