Ahora Contreras quiere «hablar» del caso Letelier

SANTIAGO (Reuters) – Manuel Contreras, ex jefe de la policía política de Augusto Pinochet, tiene algo que decir sobre el asesinato hace 24 años en Washington del ex canciller chileno Orlando Letelier, anunció el lunes su defensor.

El abogado Humberto Neuman dijo que su cliente, preso desde hace más de seis años por el atentado, quiere reunirse con dos fiscales estadounidenses que investigan el caso en Chile.

Los investigadores estadounidenses llegaron la semana pasada al país para recabar información sobre el atentado perpetrado en Washington en septiembre de 1976.

«Mi representado (…) tiene mucho interés en declarar una serie de antecedentes ante estos dos fiscales, antecedentes que el posee y que no conocen la justicia chilena ni tampoco la de Estados Unidos», dijo a periodistas. Contreras fue procesado como autor intelectual del atentado que costó la vida a Letelier y su asistente, la estadounidense Ronni Moffitt.

Neuman no anticipó qué es lo que Contreras está dispuesto a contar.

La Corte Suprema chilena se opuso el jueves a que los dos fiscales interrogaran a 42 ex colaboradores de Pinochet por el atentado a Letelier.

Los interrogatorios correrán por cuenta de la Justicia de Chile.

Sin embargo, un eventual interrogatorio a Contreras en la cárcel de máxima seguridad de Punta Peuco, en las afueras de Santiago, es un trámite extrajudicial y no necesita del visto bueno de la Corte Suprema. «El general Contreras tiene gran interés de conversar con los fiscales», explicó Neuman.

Contreras fue el líder de la disuelta Dirección Nacional de Inteligencia (DINA). Según el decreto de creación del organismo el general reportaba al ex dictador, que declaró alguna vez que en Chile no se movía una hoja sin que él se enterara.

El ex número dos de la DINA, el brigadier Pedro Espinoza, inculpó a Pinochet en la operación para eliminar a Letelier, en una declaración difundida la semana pasada. En una carta de 1978 , Espinoza, denunció haber sido presionado para inculparse y no salpicar a Pinochet.