Ahora dicen que Ariel murió por accidente

BUENOS AIRES.- El subsecretario de Turismo de Corrientes, Horacio Vicente Pozo, cuyo hijo Horacio Antonio, de 22 años, es uno de los principales sospechosos del crimen en Brasil de Ariel Malvino, dijo ayer que «la muerte se produjo por un accidente».

En tanto, el juez federal de Corrientes Carlos Soto Dávila, que debería haber intervenido en el caso al momento en que llegase el exhorto de Brasil, se excusó por anticipado alegando que algunos de los sospechosos «son familiares directos de amigos, con quienes mantengo trato frecuente».

La movida del juez, que ya se ha excusado de intervenir en otros expedientes judiciales 'calientes', obliga ahora al sorteo entre otros 11 jueces subrogantes que podrían actuar si finalmente llega la comisión rogatoria de Brasil con el interrogatorio inicial para los sospechosos.

En un evidente anticipo de la línea defensiva que esgrimirán, el funcionario asumió la representación de cuatro de los correntinos sospechosos al señalar que «ellos no asesinaron a Malvino» sino que, prosiguió, «la muerte se produjo por un accidente y no como se relata en los medios de comunicación».

Los testimonios de varias personas que presenciaron el ataque, el 19 de enero en Ferrugem, habrían señalado a Horacio Antonio Pozo como quien le pegó una trompada a Malvino y a Eduardo Braun Billinghurst, el que le habría arrojado en el pecho una piedra de 18 kilos.

Pozo declaró a radio Continental que «los chicos no empezaron la gresca. Son esas cosas que son peleas estúpidas, que comienzan por una zoncera. Ellos se meten a separar y empiezan a ligar. Y después salen del escenario de la pelea y por lo tanto cuando ellos regresan a Argentina recién se enteran que había habido muertos, por lo tanto no pueden relatar como murió Malvino».

Por su parte, el abogado Juan Carlos García Dietze, abogado de la familia Malvino, confirmó al canal TN, que un testigo «a través de una foto» en una suerte de rueda de reconocimiento «logró identificarlo positivamente» a Eduardo Braun Billinghurst como «el que habría arrojado la roca a Ariel cuando estaba inconsciente y con convulsiones en el suelo».