Ahora, «unidad»
por HECTOR MAURIÑO
vasco@rionegro.com.ar
Cuando el grupo que aferra el timón del MPN ve peligrar la posibilidad de imponer su voluntad, invariablemente comienza a hablar de «unidad» o de «consenso».
Es lo que pasó con la Convención: cuando el oficialismo advirtió que no había alcanzado la mayoría necesaria para hacer una reforma constitucional a su antojo, abandonó su discurso habitualmente arrogante y comenzó a hablar de «consenso». Y ahora empieza a pasar lo mismo con la sucesión de Jorge Sobisch: el gobernador no tiene un candidato de peso capaz de torcerle el brazo a Jorge Sapag, ni aun con todo el aparato y todos los recursos, por eso los cortesanos más allegados al gobernador han comenzado a hablar de «la unidad del partido».
El encargado de hacer el anuncio fue el senador Pedro Salvatori, un vocero nada desinteresado porque él mismo aspira a sacar provecho de la tempestad que se cierne sobre el partido y convertirse en «prenda de unidad».
«Tenemos que dirimir dentro del disenso la unidad para que representemos en las próximas elecciones la mejor posibilidad», sostuvo con ardua sintaxis el ex gobernador y actual operador privilegiado de Sobisch. De paso ligó todo el asunto a la campaña nacional del gobernador: la elección nacional es un tema que «impacta profundamente en el MPN», apuntó.
No tardó casi nada en hacerle coro «Cacho» Gutiérrez. El personaje de la picaresca sobischista aclaró que está trabajando con todo por «el consenso» dentro del MPN. «Si no se entiende esto, habrá internas. Pero si ocurre, se privilegiarán intereses sectoriales o personales y no los intereses del partido», advirtió como si el pluralismo dentro y fuera de los partidos políticos se tratara de una verdadera catástrofe y no de la esencia misma del sistema democrático.
Ambos –Salvatori y Gutiérrez– dispararon con munición gruesa contra el líder petrolero Guillermo «Caballo» Pereyra, el primero de los dirigentes de peso del MPN en animarse a saltar el corralito sobischista para apoyar sin rodeos «el proyecto propio de provincia» que –según dijo– exhibe el retador de la interna emepenista.
«El proyecto de Jorge Sapag es el mismo que estamos compartiendo desde el '91», trató de confundir Gutiérrez.
Salvatori, un poco más sutil, trató de descalificar al poderoso sindicalista: deslizó que «Pereyra es un gran amigo y además un gran dirigente gremial, pero no político», al estilo de lo que hizo Perón cuando dijo del histórico dirigente de la CGT de los Argentinos Raimundo Ongaro que, como político, era «un buen pianista».
Lo cierto es que Pereyra saltó el corral y le organizó a Sapag un acto con más de 2.000 obreros petroleros, el más nutrido y contundente que ha tenido hasta ahora el aspirante a gobernador, ocasionándoles a Sobisch y sus amigos el mayor dolor de cabeza en mucho tiempo.
No se equivoca Salvatori cuando advierte que la candidatura presidencial de Sobisch es un parteaguas en el partido. Es bastante evidente que para poder concretar sus planes Sobisch necesita que quien se postule a gobernador lo lleve en su fórmula, unificando la propuesta provincial con la nacional.
Pero no todos piensan así en el partido provincial. En el entorno de Jorge Sapag no se cansan de criticar el temerario enfrentamiento de Sobisch con Kirchner. Aseguran que esa política le ha ocasionado un gran daño a la provincia, aislándola y privándola de recursos, y ha desvirtuado totalmente la esencia del MPN.
Nada muy diferente parece ocurrirle a Pereyra. No es sólo el olfato de dirigente gremial (y político) el que le indica que debe dejar el trajinado espacio sobischista para buscar nuevos aires. La otra poderosa razón que lo impulsa es su necesidad de trascender el estatus de dirigente local y regional para pasar a las primeras divisiones del sindicalismo nacional.
«Puede escalar posiciones cuestionando algunos aspectos de la política de Kirchner, pero si quiere llegar lejos no puede estar en contra de Kirchner», razonan en el entorno del «Caballo».
Dueño de uno de los sindicatos más ricos y florecientes del país, Pereyra está entre los pocos dirigentes del partido provincial que cuentan con espaldas para aguantar sus propios caprichos políticos.
Ninguno de los que se prueban el traje en las alturas del poder desconoce esta verdad. Por eso, el hecho de que Pereyra haya tomado partido públicamente a favor de Sapag es un dato esencial, que contribuye a esmerilar el poder declinante de Sobisch y que está llamado a cambiarle la cara a la interna del MPN. No en vano el viernes, durante el acto multitudinario en la globa cercana al Ruca Che, los hermanos Sapag no se podían sacar la sonrisa de la boca.
No es el único nubarrón que se cierne sobre las pretenciosas aspiraciones del gobernador. Mauricio Macri, su socio en la aventura nacional, acaba de ungir a Horacio Rodríguez Larreta como virtual aspirante al gobierno de la ciudad. El dato –así como las incesantes giras del presidente de Boca por el interior del país– atestigua que éste no se conforma con el premio consuelo de la capital y aspira a ser el candidato presidencial.
Otro dolor de cabeza para Sobisch, que ha estado tensando la relación para arrancarle una definición sobre la candidatura ahora mismo, cuando todavía parece poco menos que imposible batir a un Kirchner colocado en el cenit de su carrera.
Después de la derrota que Sobisch experimentó en la Convención –algo que el interesado apenas logra disimular con sus discursos conciliadores–, la oposición neuquina está convencida de que el ascenso de Jorge Sapag en el MPN es imparable. Ve en ello una suerte de huevo de la serpiente; la garantía de que algo cambiará lo necesario para que nada cambie en el esquema gobernante de la provincia.
Envalentonados por la performance desplegada en la Convención, los dirigentes del Interbloque aspiran a mantenerse unidos para diseñar una alternativa a los dos modelos existentes: el emepenismo de cuño renovado y el quiroguismo. Ven en la Constitución reformada un programa de políticas públicas capaz de cambiar la faz de la provincia. «Sólo hay que cumplirla y hacerla cumplir», se ilusionan.
vasco@rionegro.com.ar
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios