Al Fondo
Por ARNALDO PAGANETTI
arnaldopaganetti@rionegro.com.ar
El cantante que sólo le implora a Dios que la guerra no nos sea indiferente (el canciller Rafael Bielsa, no quiso ser menos y le rogó al Señor para que no ocurra ningún hecho terrorista durante la Cumbre de las Américas que se hará en Mar del Plata, en noviembre), acaba de declarar que la Argentina sigue «viviendo en Cromañón».
La afirmación de León Gieco, un autor compenetrado con la raíz popular y los derechos humanos, debería advertir a la dirigencia extranjera acerca de la idiosincrasia de la Argentina. «Cromañón , no fue la máxima tragedia después de la dictadura militar. Mentira. Es – alertó – la tragedia que rebalsó el vaso: Malvinas, la embajada de Israel, AMIA, el gatillo fácil, el avión de LAPA…no se está controlando lo que puede pasar en el subte, en una cancha, en las calles».
En medio de la volcánica desvinculación de Suez de la concesión de Aguas Argentinas, el presidente Néstor Kirchner está concentrado en la tarea de convencer a propios y extraños, con su estilo un tanto amenguado de peleador callejero, de que no es cierto que «todo esté atado con alambres», como dice su admirado León.
En sus laboratorios de reflexión – de los que participan sin tintura guerrera, su esposa Cristina, el cordobés apingüinado Carlos Zannini y Alberto Fernández -, el presidente que se prepara para sepultar a sus antecesores peronistas Carlos Menem y Eduardo Duhalde, después del 23 de octubre, señala que ya cumplió con dos de los tres objetivos que se propuso alcanzar al asumir el 25 de mayo de 2003:
• Hubo una recuperación institucional – resaltada por Tom Shannon, el designado secretario para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos -, tras el quiebre que desembocó, en diciembre de 2001, con la salida en helicóptero de Fernando De la Rúa. «He restablecido el principio de autoridad», se ufanó, aunque no puede desconocer la crisis de mando y obediencia que se da en los diferentes estamentos societarios.
• La renegociación de la deuda externa con una quita del 75 por ciento fue un éxito. La comunidad financiera, salvo la que quedó al margen, se inclinó ante la dureza del santacruceño, pese a que esperaba mejores condiciones.
En las Naciones Unidas, hace más de una semana, Kirchner disfrutó de las palmadas que antes, en ese foro, se le prodigaban al brasileño Lula.
Su amigo, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, lo alentó además a seguir cuestionando al Fondo Monetario. Precisamente, con este organismo que no baja su lista de reclamos como acreedor privilegiado, el Presidente tiene un entripado de largo aliento.
Dice Kirchner que hay que seguir con el «desendeudamiento», para lo que viene pidiendo el acompañamiento de la gente y de la clase política en general. El FMI demanda todavía unos 11 mil millones de dólares y en las arcas del Banco Central hay ya reservas por 25 mil millones. Es decir, que en 28 meses de gestión se supo ahorrar unos 19 mil millones.
¿Habrá un acuerdo razonable con Rodrigo Rato, al que se volvió a retar en Washington, según se encargaron de difundir voceros «K»? El español señaló que está esperando que lo llamen para acercar posiciones. Kirchner coincidió con sus íntimos en que no se solicitará una refinanciación ni se apurará una solución.
«Si caemos en esa trampa, volverán a meterse con nuestra economía, nos presionarán y empezarán los monitoreos trimestrales. Los repiqueteos del Fondo, como en la década del 90, terminarán. No nos condicionarán más», fue la conclusión en la pingüinera que se ajusta a la expresión «minga» gritada por Kirchner desde la tribuna electoral.
Kirchner comisionó al más ortodoxo ministro Roberto Lavagna a que exhiba buena predisposición para dialogar en Washington, pero que a la vez transmita este mensaje: el actual Presidente cumplió con su palabra y cuida como nadie las cuentas públicas. No enfriará la economía aún a riesgo de una mínima inflación. Lo importante es el crecimiento y la generación de empleo. No aceptará las recetas de enfriamiento y mantendrá el dólar alto.
Mientras sigue pendiente la relación con el Fondo, las huestes oficialistas no descuidan las elecciones que tendrán lugar dentro de 4 semanas. Desde que el kirchnerismo dejó de fustigar a «Chiche» Duhalde, ésta entró en una línea discursiva errática, que le valieron disidencias internas en un momento clave. Algunos candidatos del duhaldismo ya empezaron a «pedir pista» a los pingüinos para aterrizar después del 23 de octubre. Así son los peronistas. Se encuadran con el ganador.
Algunas versiones dieron cuenta de que uno de los molestos era el primer aspirante a diputado, Jorge Villaverde, pero éste le hizo saber a este diario que trabaja por el triunfo de «Chiche» y recorre lugares de la provincia de Buenos Aires, como Junín, Las Heras y La Matanza.
Cuando la diputada Graciela Camaño encaró a Eduardo Duhalde y le preguntó si es verdad que Cristina aventaja a «Chiche» por 20 puntos, el bonaerense le puso mala cara y le recomendó que lo mejor sería movilizarse para captar el 60 por ciento del electorado que, según las encuestas, permanece indeciso.
Las críticas no cayeron en saco roto. Hilda González cambiará su enfoque. Cuidando la figura de Lavagna – un aliado en silencio , indicará que hay sombras sobre el horizonte. Se detendrá en la injusta distribución del ingreso y criticará los manejo de la micro economía, controlada por el Presidente, pero no de la macro, a cargo del ministro.
Por el lado de la desteñida oposición no peronista, se bajó Domingo Cavallo de su candidatura porteña. «Lilita» Carrió y Mauricio Macri, se disputan la primacía en el distrito, en tanto Rafael Bielsa, quien no quiere explicar su reunión a escondidas con el cortesano Antonio Boggiano, reconoce que no le irá bien. Adelanta que prepara un espacio político propio, para pasarle desde allí facturas al jefe de gabinete, Alberto Fernández.
El juez Boggiano, a punto de ser destituido de la Corte Suprema por el Congreso, calificó de infamia el juicio político en su contra. Desde el gobierno le advirtieron que si llega a decir algo perjudicial para Kirchner, se activará una denuncia por prevaricato que comprende a los cinco jueces que supieron ser «la mayoría automática» en época del menemismo.
Boggiano, vinculado con la Iglesia, tuvo un alegato moderado en su descargo ante los senadores y luego, ante la prensa, afirmó que la actual Corte tiene mucho más nivel jurídico que la anterior.
Kirchner también se prepara para los cambios de gabinete, que necesariamente deberá hacer luego de los comicios.
En la danza de nombres figuran Héctor Timerman, Alfonso Prat-Gay, Carlos Reutemann, Javier González Fraga y Jaime Garreta. Y también tiene el látigo para castigar a los «sospechosos» de jugar para Duhalde.
En esa categoría entra el vicepresidente Daniel Scioli, a quien luego de un acto en el que participó junto con Adolfo Rodríguez Saá y de una sesión en que favoreció al radicalismo, fue retado por Cristina Fernández, Miguel Pichetto y Marcelo Guinle. Se le anticipó al ex deportista que también él está atado con alambres y podría no presidir sesiones de importancia para el Ejecutivo en el futuro.
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