Al límite

Que un incidente de tránsito termine con una persona internada por una reacción desmedida no es ni más ni menos que una radiografía de este país siempre bajo tensión. La talla de las reacciones está invertida. Lo que vale la pena se subestima y lo que no tiene sentido se sobreactúa. Cuando la sinrazón se apodera de los protagonistas las cosas terminan mal. Ésta es la Argentina que duele, la que no pudo superar siquiera la instancia de la buena convivencia. El insulto nos pone al límite, tal vez es el tiempo en que lo más prudente es el silencio, porque hoy nadie puede imaginar la reacción que le espera.