Alejandro Fargosi: “aprobar un nuevo Código Civil es un delirio”
Alejandro Fargosi, consejero de la Magistratura, dijo que CFK “busca pasar a la eternidad” con el cambio. “Es tirar a la basura 150 años de experiencia en doctrina”, dijo
EL PAÍS
El consejero de la Magistratura, Alejandro Fargosi, consideró que el reemplazo de los Códigos Civil y Comercial por uno unificado -objetivo del kirchnerismo desde esta semana en el Congreso- es un “despropósito” que responde al afán de la presidenta de “eternizarse”. También apuntó sus críticas tanto a los jueces de la Corte Suprema que serían “intérpretes de las mismas normas que redactaron”, como a la Iglesia, que “solo parecería involucrarse para dejar a salvo cuestiones de derecho de familia”.
-¿Cómo interpreta el apuro del gobierno en promover la sanción de un nuevo Código Civil y Comercial?
-Hay mucho delirio, es el sueño de la presidenta de pasar “a la eternidad” porque un Código se hace para que dure 100 o 200 años. Es una especie de fantasía napoleónica. En nuestro país hubo varios intentos de unificar en uno solo el Código Civil y el Comercial, hace tres décadas yo era proclive a una iniciativa que fuera en ese sentido, pero al madurar me di cuenta de la inconveniencia.
-¿No hace falta modernizar algunas normas desactualizadas respecto a la época de Vélez Sársfield?
-Es probable, no me opongo a que si quieren hacer más ágil el tema del divorcio, la adopción o ampliar el alcance de los derechos sucesorios se reformen esos puntos, pero para arreglar el baño no hay que derrumbar toda la casa.
Vea, en los últimos 80 años ningún país, salvo la Italia de Mussolini o el Paraguay de Stroessner han modificado la totalidad de sus sistemas legales, cambiar todo implica tirar a la basura 150 años de experiencia en doctrina, a países modernos, como Francia, no se les ocurrió abolir el Código de un plumazo para implantar otro.
-¿Considera que el nuevo Código pondrá en riesgo el derecho de propiedad?
-Desde luego, por ejemplo un texto sostiene que los bienes tienen que ser compatibles con los derechos de “incidencia colectiva”, que su uso no sea contrario al “interés público”, que no se afecte la “sustentabilidad de los biosistemas”; son conceptos sujetos a la arbitrariedad.
-Entonces dependerá mucho de los intérpretes que son los jueces.
-Jueces que no son Alegría, Halperín o Malagarriga (cita varios nombre ilustres del Derecho), van a ser los Gallardo (juez de la Ciudad de Buenos Aires muy cuestionado), los Oyarbide, imagínese lo que puede ser eso. Aparte del atraso que se va a ocasionar en tribunales, si alguien me consulta sobre un contrato de alquiler o en moneda extranjera alguien como es mi caso, que ejerce hace casi 40 años, va a ser víctima de la incertidumbre.
-Se menciona a los miembros de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti y Elena Higthon como corredactores y promotores de la reforma.
-Es probable, diría que es inconveniente que los jueces que en definitiva serán los intérpretes de la normas, sean los mismos que quienes las redacten.
-La cúpula eclesiástica había sido muy crítica de la reforma, tras la visita de la presidenta al papa el kirchnerismo reimpulsó la iniciativa, ¿cuenta con el guiño de la Iglesia?
-Parecería que a la Iglesia solo le importaron los temas relacionados con el derecho de familia, una vez quitados los puntos más críticos se los nota más asequibles.
-¿Cómo se entiende que en una cuestión tan sensible los legisladores oficialistas y aliados también se comporten de manera tan “plástica”, a tal punto que muchos dan por descontada la unificación?
-Hay miedo y corre mucha plata…, porque uno se pregunta a cambio de que todo esto; hay también un afán del oficialismo de tener la iniciativa, lo que se llama dominar la agenda a riesgo de cualquier cosa.
Claudio Rabinovitch
Agencia Buenos Aires
Claudio Rabinovitch
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