Algunas de las claves para entender el déficit del ISSN
Durante muchos de los últimos años los presupuestos finalizaron con importantes superávits. Sin ir más lejos, los números del 2008 cerraron con un excedente superior a los 60 millones de pesos.
javier lojo
jlojo@rionegro.com.ar
problemas estructurales en el organismo
El Instituto de Seguridad Social del Neuquén (ISSN) es la obra social y la caja de previsión de la provincia.
Neuquén es uno de los pocos estados del interior del país que mantienen bajo su órbita la caja de jubilaciones y pensiones.
Las proyecciones para este año señalan que el organismo cuenta con una masa de 65.000 trabajadores que aportan cada treinta días una parte de su sueldo para sostener el sistema y alrededor de 17.000 jubilados que todos los meses cobran sus haberes.
Según estadísticas suministradas por el Ministerio de Hacienda de la provincia, al cierre presupuestario del 2011 el ISSN presentaba un gasto de 2.170 millones de pesos y sus ingresos se ubicaban en 2.064 millones de pesos, lo que refleja un déficit de 106 millones de pesos. Para este año se espera que los desequilibrios sean crecientes y se ubiquen en torno a los 130 millones de pesos.
Su presidente, Marcelo Berenguer, intentó días atrás explicar de forma sencilla ante los diputados provinciales que “todos los sectores suman dinero a esa especie de fondo común que componen la obra social y el sistema jubilatorio. Cuando la caja es deficitaria se lleva plata de la obra social. Y cuando la caja tiene superávit se vuelca en beneficios para los afiliados. Es así de sencillo. No se oculta nada en el ISSN”. Sin embargo, varios legisladores mantienen sus dudas sobre el manejo de los fondos del organismo y las transferencias que en los últimos años fueron realizadas al tesoro provincial. Es que durante muchos de los últimos años los resultados presupuestarios del organismo finalizaron con importantes superávits. Sin ir más lejos, los números del 2008 cerraron con un excedente superior a los 60 millones de pesos.
La evolución de los presupuestos operativos da cuenta de que los aportes y las contribuciones del ISSN crecieron un 506% en los últimos siete años, mientras que las erogaciones a través de las prestaciones jubilatorias lo hicieron a una tasa del 608% en el mismo período. Otra variable que muestra un importante crecimiento es el gasto para el funcionamiento del organismo, que pasó de 20,7 millones de pesos en el 2004 a 125,6 millones conforme al cierre presupuestario del 2011. Cerca del 80% de este valor corresponde a salarios.
La edad de jubilación del trabajador estatal y el porcentaje que se le retiene del sueldo para alimentar esta caja fueron temas de debate en los últimos días.
Algunos funcionarios y legisladores apoyaban la alternativa de subir ambas variables en forma progresiva para poder corregir los desvíos presupuestarios que muestra el organismo.
Sin embargo, el gobernador Jorge Sapag rechazó estas propuestas y se optó por un aporte directo del tesoro para nivelar el déficit, que para este año se ubica en torno a los 130 millones. Quedaría pendiente definir el número final a transferir y la forma en que éste ingresará a las arcas del ISSN (en una o varias cuotas).
Tendencias
Si bien los valores absolutos de algunas de las variables económicas reflejan sólo una “foto” de la realidad del ISSN, su evolución marca tendencias que son, en definitiva, las que deben preocupar a las autoridades provinciales.
Durante muchos años los aportes y las contribuciones percibidos por el ISSN fueron mayores que las contraprestaciones jubilatorias que otorgaba, lo que determinó generosos superávits en sus presupuestos.
Esto estaba dado, fundamentalmente, por la conformación que mostraba la pirámide poblacional de la provincia, una variable que proporciona la distribución de la población según la edad.
Durante años Neuquén mantuvo una población joven. Por eso la pirámide poblacional de la provincia en la década de los 80 (una de las primeras estadísticas oficiales sobre el tema) muestra una base muy ancha y una disminución rápida del tamaño de los grupos de edades a medida que se aproxima a la cúspide. Pero con el tiempo este escenario fue cambiando y la pirámide fue disminuyendo en su base para ensancharse hacia la cima.
Para tener una referencia de lo que se está diciendo se puede hacer la siguiente comparación, que intenta ejemplificar el concepto mencionado.
Según los datos suministrados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en 1981 sólo el 5% de la población neuquina contaba con más de 50 años. Diez años después esa relación se elevó al 11%. Para el 2001 se ubicó en el 15% y los últimos datos del 2010 muestran que las personas mayores de 50 años representan el 19% de los habitantes de la provincia.
Esta tendencia fue una de las variables que modificaron el estado de la caja del ISSN: hace tres décadas 19 eran los activos que aportaban al organismo por cada pasivo. Hoy esa relación estaría perforando el piso de los cuatro activos por pasivo. (Ver re-cuadro)
La evolución de estos números muestra que los márgenes de acción del actual administrador del ISSN se encuentran muy acotados en relación con el manejo de los fondos disponibles. Pero éste no es un problema coyuntural que se solucione sólo con un aporte aislado del tesoro provincial. En la medida en que corra el tiempo los problemas en el organismo (siempre hablando desde el punto de vista presupuestario y de recursos propios) tenderán a profundizarse porque el envejecimiento de la sociedad mantendrá naturalmente su rumbo y la participación de este segmento de la población con más de 50 años continuará aumentando proporcionalmente sobre el total de la pirámide.
Para tomar otro punto de referencia cabe aclarar que, a nivel país, el 24% de la población argentina tiene hoy más de 50 años. Es decir, Neuquén se encuentra cinco puntos por debajo de esta media, otro dato a tener en cuenta para la proyección del ISSN.
Falso federalismo
Si bien Neuquén mantuvo la caja de jubilaciones y pensiones bajo su órbita pese a las presiones que el gobierno central ejerció durante la década del 90 para que pasara a la Nación, la provincia sigue realizando importantes aportes a la seguridad social concentrada hoy en manos de la administración Kirchner.
En la actualidad, del total de la coparticipación bruta, el 15% se orienta a la caja de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses).
Esa detracción había sido acordada en el Pacto Fiscal del 12 de agosto de 1992 con el objeto de financiar la transición del régimen estatal de jubilación –en el que se había incluido a la mayor parte de las deficitarias cajas provinciales– al sistema de Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP). Es decir, esos fondos iban a compensar los desequilibrios del sistema que había generado la nacionalización de la mayor parte de las cajas provinciales. Neuquén no se encontraba en ese lote de provincias pero igual tuvo que participar con estos aportes para compensar el sistema.
En octubre del 2008, con la estatización del sistema jubilatorio, aquel Pacto Fiscal de agosto de 1992 quedó sin efecto. Pese a ello el gobierno nacional lo prorrogó de forma unilateral, por lo que se mantuvieron los desvíos del 15% de la coparticipación bruta hacia la Anses. Para Neuquén este acuerdo significó el año pasado sacrificar unos 720 millones de pesos que finalmente no ingresaron a las arcas provinciales y miles de millones de pesos cuando esta detracción se lleva al tercer trimestre de 1992.
Pese a encontrarse en una situación financiera compleja, las provincias de todo el país aportarán este año 13.000 millones de pesos a las arcas de la Anses.
Según estudios privados, en el período 2003-2009 los gobernadores resignaron 46.000 millones de pesos a través de estas transferencias. Estos fondos le permitieron a la Anses generar un superávit operativo que fue a sostener, en los últimos años, el gasto público del gobierno nacional. Es decir, las administraciones provinciales aportan a un organismo nacional (a tasa cero) dinero que a su vez es transferido a la caja de la administración Kirchner para sostener el desborde del gasto o, en el mejor de los casos, entregar créditos a tasas preferenciales a los amigos del poder.
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