Allanan las casas de seis ex militares

Efectivos de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Bonaerense allanaron ayer seis casas de ex militares y ex policías por la desaparición de Jorge Julio López, ocurrida en septiembre del año pasado, y secuestraron armas, discos rígidos de computadoras y diversa documentación, informaron fuentes de la pesquisa.

«No hubo detenidos», aseguró una alta fuente policial, sobre los procedimientos para dar con el albañil que desapareció cuando iba a escuchar los alegatos del juicio donde condenaron a reclusión perpetua al director de Investigaciones de la Bonaerense en la dictadura Miguel Etchecolatz.

Los operativos se llevaron a cabo en viviendas ubicadas en esta ciudad y en los partidos de Ensenada y Lomas de Zamora, por orden del juez federal platense Arnaldo Corazza, que lleva la causa por la desaparición de López, y con la supervisión del comisario Hugo Matzkin, jefe de la Superintendencia.

Según fuentes ligadas a la investigación, los propietarios de las viviendas donde se desarrollaron los procedimientos son ex militares y ex policías que están en libertad.

A partir de los elementos secuestrados, el juez determinará si los llama a declarar en la causa y bajo qué condición. Por otra parte, la abogada de la Liga Argentina Por los Derechos del Hombre (LADH) Guadalupe Godoy, querellante en la causa, volvió a pedir el apartamiento de la Policía de la pesquisa porque son esas mismas fuerzas y las militares las que son investigadas.

Además, se mostró escéptica acerca del resultado de los allanamientos: «Una medida de este tipo, a un año del comienzo de las investigaciones es difícil que dé resultado positivos», dijo. A López su familia lo vio por última vez la noche del 17 de septiembre de 2007.

A la madrugada siguiente salió de su casa y desapareció, pese a que había quedado con un amigo a ir a presenciar el juicio contra su ex torturador Etchecolatz, alojado en el penal federal de Marcos Paz. López había militado en la Juventud Peronista y durante la dictadura militar estuvo secuestrado en varios centros clandestinos de detención, por lo que antes de desaparecer prestó un testimonio de cargo en el proceso a Etchecolatz, que terminó condenado a perpetua por genocidio. (DyN)


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