Alternativa para paliar el déficit habitacional
La ampliación del Procrear, que mencionó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 25 de setiembre –en realidad la anunció el año pasado–, generó expectativas en la población en general. Previó el financiamiento del 100% para las compras de los terrenos y las construcciones y hasta el 80% para las adquisiciones de aquellas viviendas a estrenar antes de diciembre del 2014, para lo cual el gobierno nacional decidió inyectar alrededor de $ 10.000 millones en un año. Las características eran similares a las de la línea vigente y todavía requiere ingresos familiares netos de hasta $ 30.000. Las tasas oscilaban del 2% al 14%, fijas en el primer tramo (hasta el quinto año) y variables posteriormente. Al concluir octubre y transcurridos más de 15 meses del lanzamiento del programa en cuestión, había 82.688 viviendas en proceso de construcción, cuyas inversiones rondaban los $ 14.000 millones. También 48.603 créditos otorgados de todas las líneas, siendo las más demandadas las destinadas a familias con terrenos propios, con un monto promedio de $269.000 y un plazo de pago de 265 meses. El ingreso promedio familiar de quienes ingresaran al programa era de $ 8.153 y con tres miembros por hogar. Por estado civil, los principales requerimientos provenían de las personas casadas (49%), los solteros (45%) y divorciados (6%). A fines del mes pasado, el 79% de los solicitantes trabajaba en relación de dependencia, el 20% lo hacía de manera autónoma o como monotributista y el 1% eran jubilados. “Un crédito para vos”, la propuesta lanzada el 22 de octubre por el gobierno nacional, correspondió al octavo sorteo de 130.000 nuevas viviendas del Procrear. De esos préstamos, 60.000 serían para las compras de los terrenos y la construcciones; 20.000 para las adquisiciones de viviendas a estrenar, y 50.000 para las realizaciones, ampliaciones, refacciones y terminaciones. Finalmente, 158.176 familias resultaron beneficiadas para acceder a tales créditos, con un récord de 364.834 personas inscriptas (ver cuadro). Diego Bossio, director de la Anses, opinó de manera por lo menos desafortunada cuando afirmó que uno de los beneficios del Procrear era que ahorraba en arquitectos, teniendo en cuenta las opciones que tienen los postulantes de elegir entre varios modelos de casas que propone la operatoria y obtener gratuitamente los planes de la primera vivienda “sin costos de diseño ni de elaboración de planos”. Enrique García Espil, presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, advirtió que es “un método tan adecuado para la reducción de los costos de las obras como sería organizar operaciones quirúrgicas sin médicos o juicios sin abogados”. Gerardo Montaruli, presidente de la Federación Argentina de Arquitectos, alertó que “ignorar la existencia de las normas que rigen la construcción de viviendas en forma ilegal y clandestina estimula la precarización de las edificaciones y ponen en riesgo la seguridad pública”.
La ampliación del Procrear, que mencionó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 25 de setiembre –en realidad la anunció el año pasado–, generó expectativas en la población en general. Previó el financiamiento del 100% para las compras de los terrenos y las construcciones y hasta el 80% para las adquisiciones de aquellas viviendas a estrenar antes de diciembre del 2014, para lo cual el gobierno nacional decidió inyectar alrededor de $ 10.000 millones en un año. Las características eran similares a las de la línea vigente y todavía requiere ingresos familiares netos de hasta $ 30.000. Las tasas oscilaban del 2% al 14%, fijas en el primer tramo (hasta el quinto año) y variables posteriormente. Al concluir octubre y transcurridos más de 15 meses del lanzamiento del programa en cuestión, había 82.688 viviendas en proceso de construcción, cuyas inversiones rondaban los $ 14.000 millones. También 48.603 créditos otorgados de todas las líneas, siendo las más demandadas las destinadas a familias con terrenos propios, con un monto promedio de $269.000 y un plazo de pago de 265 meses. El ingreso promedio familiar de quienes ingresaran al programa era de $ 8.153 y con tres miembros por hogar. Por estado civil, los principales requerimientos provenían de las personas casadas (49%), los solteros (45%) y divorciados (6%). A fines del mes pasado, el 79% de los solicitantes trabajaba en relación de dependencia, el 20% lo hacía de manera autónoma o como monotributista y el 1% eran jubilados. “Un crédito para vos”, la propuesta lanzada el 22 de octubre por el gobierno nacional, correspondió al octavo sorteo de 130.000 nuevas viviendas del Procrear. De esos préstamos, 60.000 serían para las compras de los terrenos y la construcciones; 20.000 para las adquisiciones de viviendas a estrenar, y 50.000 para las realizaciones, ampliaciones, refacciones y terminaciones. Finalmente, 158.176 familias resultaron beneficiadas para acceder a tales créditos, con un récord de 364.834 personas inscriptas (ver cuadro). Diego Bossio, director de la Anses, opinó de manera por lo menos desafortunada cuando afirmó que uno de los beneficios del Procrear era que ahorraba en arquitectos, teniendo en cuenta las opciones que tienen los postulantes de elegir entre varios modelos de casas que propone la operatoria y obtener gratuitamente los planes de la primera vivienda “sin costos de diseño ni de elaboración de planos”. Enrique García Espil, presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, advirtió que es “un método tan adecuado para la reducción de los costos de las obras como sería organizar operaciones quirúrgicas sin médicos o juicios sin abogados”. Gerardo Montaruli, presidente de la Federación Argentina de Arquitectos, alertó que “ignorar la existencia de las normas que rigen la construcción de viviendas en forma ilegal y clandestina estimula la precarización de las edificaciones y ponen en riesgo la seguridad pública”.
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