Alumnas embarazadas, con 45 faltas justificadas
La Legislatura aprobó una ley que establece un régimen de inasistencias justificadas para alumnas embarazadas que asistan a escuelas neuquinas. Tendrán una hora diaria para amamantar al bebé.
NEUQUEN (AN).- La Legislatura neuquina sancionó ayer -por unanimidad- la ley que instrumenta un régimen de inasistencias justificadas para las alumnas embarazadas que cursen sus estudios en los establecimientos educativos de la provincia. La norma prevé, además, que las estudiantes que «certifiquen estar en período de amamantamiento» contarán con el permiso de 1 hora por día para ausentarse del colegio.
La ley que promovió la legisladora del MPN, Irma Vargas, y que logró el apoyo de todos los bloques de la Cámara, también incluye a los alumnos que acrediten su paternidad, aunque en esos casos podrán faltar hasta 5 días a partir del día del nacimiento. Vargas subrayó durante la fundamentación del proyecto que uno de los objetivos es garantizar «el principio de igualdad de oportunidades». Dijo que se intenta evitar la deserción escolar que alcanza niveles preocupantes sobre todo en los primeros dos años del nivel medio. Según los datos oficiales unos 4.000 alumnos abandonan anualmente sus estudios en el secundario. «El Estado tiene la obligación de limpiar los obstáculos que impiden la libertad y la igualdad de las personas», enfatizó la diputada oficialista.
El Foro por la Defensa de la 2302 advirtió en un documento que entregó en septiembre a la Legislatura que e embarazo adolescente, según datos oficiales, alcanzó en 2003 al 14% de esa población en la ciudad de Neuquén y al 16% en el resto de la provincia. La diputada del Frente ARI-Encuentro Neuquino, Beatriz Kreitman, destacó la iniciativa y recalcó que hay que «reforzar que los alumnos no abandonen la escuela».
Desde el menemismo, la legisladora Olga Saldías, advirtió que «hay que atender esta problemática» y recordó algunos casos que reflejaron los medios de «chicas que por estar embarazadas han sido expulsadas sobre todo de las escuelas religiosas».
La ley Vargas -como la denominó el presidente del bloque del MPN, Manuel Gschwind- establece que las alumnas que presenten certificado expedido por médico general, ginecólogo, obstetra o tocoginecólogo, de su estado y período de gestación tendrán 45 inasistencias justificadas no computables a los efectos de su reincoporación tras el parto. Podrán solicitar el beneficio 10 días antes del parto.
La norma prevé la difusión de la ley en las escuelas por parte de las autoridades de los establecimientos. Para las alumnas que certifiquen estar en período de amamantamiento, las autoridades del colegio deberán otorgarles permiso de 1 hora por día para ausentarse de la institución. La autorización caducará e todos los casos cuando el hijo alcance los 9 meses. «Se otorgará el mismo permiso si mediante certificado médico se acreditare la imposibilidad física de la madre de amamantar, pero se sugiere un método alternativo de alimentación» para el recién nacido.
La ley estipula que «el no cómputo de inasistencias de días y horas de clases no significará la promoción automática del curso, debiendo acreditar para ello la condición de alumna regular conforme a lo acordado con docentes y directivos». Además, dispone que el CPE «deberá prever los mecanismos para que cada establecimiento educativo se establezca la metodología de apoyo y seguimiento para la recuperación y evaluación de los objetivos».
La mayoría no llega a terminar el colegio
De 100 adolescentes que se embarazan, sólo tres continúan estudiando regularmente y terminan la escuela media, según una investigación realizada a principios de este año por especialistas de un centro sanitario del conurbano bonaerense. El dato surge del relevamiento que realizaron médicos del Servicio de Ginecología Infanto-Juvenil del Hospital Héroes de Malvinas de Merlo sobre un conjunto de 100 adolescentes embarazadas de bajos recursos con una edad promedio de 16 años.
A su vez, las cifras que se manejan para Latinoamérica muestran que de ese porcentaje que va dejando la escuela en el curso del embarazo (que en el caso de este estudio es del 44 por ciento), el 14 retoma más adelante la escuela. En estos casos «hay una baja permanencia en el colegio, a veces la misma situación las excluye porque la escuela no está preparada para retenerlas; entre otras cosas, habría que tener por ejemplo guarderías en las escuelas», dijo Mónica Labosky, ginecóloga del hospital de Merlo. Según Labosky, las chicas embarazadas «tienen información del preservativo, aunque no muy amplia, pero no logran internalizarla y llevarla a la práctica», acotó.
Uno de los interrogantes problemáticos referidos a la situación de estas adolescentes es, según la experta, «¿por qué una chica que tendría que estudiar quiere tener hijos?». De acuerdo al estudio realizado, el 30 por ciento de las adolescentes que quedan embarazadas no se cuida porque buscan tener un hijo como proyecto de vida, en tanto el restante 70 por ciento directamente no se cuida.
Otro dato relevante es la historia familiar de esa chica que tempranamente va a asumir su maternidad: el 88 por ciento de sus madres fueron también madres adolescentes, lo cual legitima su propio embarazo y lo vuelve parte de la normalidad y cotidianeidad.
En este marco, el embarazo no sólo no les da vergüenza ni quieren ocultarlo, sino que es aceptado por la familia porque forma parte de algo natural e incluso hay un sector de estas mamás que sienten que esta situación les da algo propio. Este estudio arrojó resultados similares a la tendencia que muestra el relevamiento sobre 1.881 embarazos adolescentes que realizó el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes) en distintas provincias presentado a mediados del 2004. Según el Cedes, el 30 por ciento de las mamás que integran la muestra tampoco estudiaba ni trabajaba al momento de embarazarse de su primer hijo. Ese relevamiento, que se realizó en las provincias de Catamarca, Chaco, Misiones, Salta, Tucumán, en Gran Buenos Aires y Gran Rosario, también da cuenta del deseo de tener un hijo como proyecto. La investigación del Cedes supera aquella muestra al señalar que el 43,6 por ciento de las chicas que quedaron embarazadas querían tener un hijo. La expulsión o ausencia de escolaridad, la falta de trabajo, la pobreza y una historia particular de reproducción del modelo familiar articulan una situación de exclusión y vacío que encuentra en la maternidad un sostén y una posibilidad vital de construir algo propio. (Télam)
Las madres adolescentes en el país, 'una bomba social'
El ministro de Salud, Ginés González García, definió ayer como «una bomba social» al alto porcentaje de embarazos de adolescentes que se registra en el país, e indicó en las provincias de Misiones y Formosa esos alumbramientos constituyen «un cuarto» del total, mientras que en el resto del país alcanzan «entre un 16 y un 17 por ciento». Un informe difundido ayer por el matutino Clarín reveló que el 34 por ciento de las adolescentes no se cuida en su debut sexual y que incluso muchas de ellas no lo hicieron por pensar que no había peligro de embarazo en la primera relación. También se advirtió que bajó la edad de los embarazos precoces.
González García indicó que «en El Chaco y en Misiones, más de un cuarto de los chicos que nacen son de madres adolescentes» y que en dichas provincias, «la mitad» de las madres pobres son también adolescentes. «Cuando uno tiene eso, tiene encima una bomba social, además de una cuestión sanitaria muy, muy fuerte», advirtió el funcionario. González García dijo que la causa de esta situación «no es sólo la pobreza» sino que también influye «el cambio de la familia y el cambio de los conceptos culturales» además del «inicio de la vida sexual mucho antes de lo que era anteriormente». El ministro precisó, sobre esta situación, que «en la Argentina hay alrededor de 700 mil nacimientos por año, de los cuales 110 mil son adolescentes, o sea, un 16, 17 por ciento» y que «estima» que se practican «alrededor de medio millón de abortos por año» en el país.
Según el informe de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto-Juvenil, realizado el año pasado a 1.500 adolescentes y difundido hoy, el 34 por ciento de las adolescentes no se cuidó en su debut sexual, y de las que sí lo hicieron, sólo la mitad recurrió al preservativo. (Télam)
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