AMIA,DAIA y Familiares piden perpetua para acusados
Ayer comenzó el alegato de la querella unificada.
La AMIA, la DAIA y los Familiares de Víctimas del atentado a la mutual judía pedirán condena perpetua para cuatro ex policías bonaerenses y Carlos Telleldín, a quienes acusaron ayer de haber provisto a los terroristas la camioneta que se usó en el ataque, a sabiendas de que iba a utilizarse en una masacre.
La querella unificada de DAIA-AMIA y Familiares de las Víctimas advirtió que «hay indicios suficientes para demostrar que fueron ellos (por los acusados) los que entregaron al eslabón siguiente» el explosivo que estalló en la mutual judía el 18 de julio de 1994. Y, aunque en este proceso se esté evaluando sólo la llamada 'conexión local', estableció que fue el ex agregado cultural iraní Moshen Rabbani, prófugo de la Justicia, el personaje encargado de buscar en los «nichos de corrupción» de la Policía Bonaerense al que se encargara de conseguir la camioneta bomba y donde -dijo- la SIDE no iba avanzar.
«El elegido iba a ser el brazo derecho del jefe de la Policía Bonaerense, Juan José Ribelli, que iba a decidir quién iba a armar la camioneta», dijo la abogada Marta Nercellas, de la DAIA, a cargo de este tramo del alegato, al apuntar contra el ex comisario y sus presuntos cómplices, los ex policías Diego Barreda, Anastasio Leal y Mario Bareiro, y el preso clave, el ex reducidor de autos Carlos Telleldín.
Tal como lo señala la historia oficial del juez Juan José Galeano -separado de la causa a fin de año pasado-, la DAIA sostuvo que acusó a Telleldín de haber acondicionado por orden de los bonaerenses la camioneta bomba que el 10 de julio de 1994 retiraron de su casa Leal, Ibarra y «otras personas a las que habrá que investigar». «La camioneta no la armó para vender sino para explotar. Y no lo hizo por generación espontánea sino por alguien se lo ordenó -dijo-. El que se la encargó es porque sabía de su capacidad de desviar la investigación, esos desvíos que nos tuvieron en estos 9 años yendo y viniendo».
Fue precisamente en esos desvíos en los que la DAIA intentó justificar las presuntas irregularidades cometidas por Galeano durante la instrucción, pese a que -se advirtió- no fueron valorados los dichos de Telleldín a partir de julio de 1996, cuando acusó a los policías bonaerenses, por entender que el pago de 400 mil dólares hecho por la SIDE, a instancias del magistrado,
hacen imposible valorar sus dichos.
Precisamente, Nercellas, además de fustigar al entorno de Telleldín y puntualmente a su pareja, Ana Boragni, cuestionó severamente a la central de espías porque -sugirió- le dieron un tácito apoyo a Rabbani en su macabro plan. «A principios de los '90 el fundamentalismo islámico había cambiado su metodología y operaba en las afueras de Medio Oriente. La logística para los atentados las conseguía en el lugar elegido. Y para esa altura, tras la explosión en la Embajada de Israel, la SIDE ya estaba investigando a Rabbani como el encargado de la logística local», remarcó.
Fue por eso, dijo, que Rabbani tuvo que salir a buscar apoyo en la Policía Bonaerense para cometer el atentado que mató a 85 personas. «Sabía que estaba siendo seguido y vigilado. Pero también sabía que allí la SIDE no iba a entrar en ese territorio. Y de hecho la SIDE nunca investigó a la Policía Bonaerense», señaló tras cuestionar en varios momentos al actual número 3 de ese organismo, Antonio Stiusso, quien apoyó la teoría de la 'pista siria' y desvinculó a los policías acusados a la hora de hablar en el tribunal.
El alegato de la querella continuará hoy, cuando seguirá exponiendo Nercellas. Luego se escucharán las palabras del abogado de la AMIA Juan José Avila, quien profundizará sobre el rol penal que cumplió cada uno, y del representante de los Familiares, Julio Frederik, quien abordará el papel del Estado y la necesidad de respuesta para las víctimas. No obstante, el comienzo del alegato de esta querella pareció ser l voz que todos querían escuchar en el proceso. No sólo los líderes de la comunidad judía llegaron para escucharlo, sino que -además del embajador israelí, Benjamín Oron- estuvieron en la sala de audiencias enviados del presidente Néstor Kirchner como el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, y el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, situación que generó un evidente recelo entre las otras partes del proceso.
Nercellas trató de relatar, con la ayuda de gráficos computarizados, las numerosas pruebas que permitieron armar el rompecabezas de la investigación por el atentado más brutal de la historia argentina, y que -tal como lo señala la versión oficial- acusa a Telleldín de haber entregado el 10 de julio de 1994 a los policías bonaerenses la Renault Trafic blanca que, una semana después, provocaría la tragedia.
Durante la primera parte del alegato, Nercellas recordó los dichos de testigos presenciales claves en el juicio que confirmaban que la bomba no pudo estar ni en el edificio de la AMIA ni en el volquete que se instaló en la puerta; y luego corroboró esas conclusiones con los peritos.
Con la firme voluntad de desmoronar las especulaciones de los abogados defensores -hacia los que dirigió mordaces cuestionamientos- explicó por qué tienen la certeza de que fue la camioneta Renault Trafic corta, color «blanca chapelco, con puerta lateral, que no tenía retoques posteriores y llevaba los elásticos traseros reforzados», la que detonó a las 9.53 en Pasteur 633, a través de «300 kilogramos de amonal, hidrocarburos y un sensibilizador de TNT».
Y acusó a Telleldín no sólo de haberse encargado de acondicionar el vehículo sino que de haberse tratado de mostrar «como un perejil» frente al tribunal. «Cuándo supo Telleldín que iba a ser investigado? Mucho antes que la aparición del motor», encontrado el 26 de julio de 1994 entre los restos de la AMIA, aseveró. Entre esas pruebas, Nercellas advirtió que en el boleto de compra-venta de la Trafic que confeccionó Telleldín a nombre de un tal Ramón Martínez «aparece la primer coartada» del «Enano» para hacerse pasar por un comprador de buena fe, pero la propia desprolijidad que presentaba el vehículo demuestra que nunca pretendió venderlo.
Nota asociada: Críticas con el shofar de fondo
Nota asociada: Críticas con el shofar de fondo
La AMIA, la DAIA y los Familiares de Víctimas del atentado a la mutual judía pedirán condena perpetua para cuatro ex policías bonaerenses y Carlos Telleldín, a quienes acusaron ayer de haber provisto a los terroristas la camioneta que se usó en el ataque, a sabiendas de que iba a utilizarse en una masacre.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $750 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios