Amontonados en un jardín de infantes de Cipolletti

CIPOLLETTI (AC).- Condiciones de hacinamiento extremo se viven en el jardín de infantes 49 del norte cipoleño. La dirección, por caso, funciona en el patio de acceso y la oficina de la directora, Gabriela Campusano, en un aula improvisada donde se apretujan 20 chicos.

Al jardín, ubicado en el barrio Anai Mapu, concurren unos 200 chicos de ese sector del norte cipoleño así como de los barrios Antártida Argentina y Toma San Sebastián.

«Denunciamos ante las autoridades y la sociedad en general la difícil e injusta situación en este edificio escolar», dice una nota firmada por Campusano, la vice Adriana Pesce, la secretaria Margot Estevez y todos los docentes.

Y sostiene además que las autoridades «no brindaron respuestas al pedido de construcción de una sala de clases, baño, sala de preceptoría en los últimos cuatro años».

Este jardín es una base educativa importante para niños y niñas de hasta los cinco años, y funciona en dos secciones, mañana y vespertina.

Lo más grave es que una de las salas de alumnos ha debido ser instalada en el reducido espacio de la dirección y secretaría, y la directora y la secretaria tienen sus escritorios en el hall de entrada, casi bloqueando el sitio de ingreso y egreso de la comunidad educativa porque no hay otro sitio, salvo al descubierto, lo que sería impensado.

Las preceptoría, por este hacinamiento extremo, se halla en el pasillo, obstaculizando la salida de emergencia de la institución, lo que genera «una situación de inseguridad» ante cualquier problema de evacuaciones.

Más aún. Las autoridades del jardín y los docentes, además de los papás que apoyan la presentación, manifestaron que este problema debe ser resuelto por los responsables «en forma urgente» ya que se trata de una comunidad con un grupo etario menor de 6 años , que viven en el barrio y cuentan con el jardín «como única opción» para la escolarización de sus hijos.

Este jardín cuenta sólo con cuatro salas y el «aula dirección» donde los chicos están en hacinamiento constante por sus reducidas dimensiones.

Como dato clave se cita en la declaración que este año se realizó una preinscripción (censal) para sala de tres años, registrándose 60 chicos, además de la salita de cuatro años que referencia una sobrematrícula de 20 pequeños a los que aún no se les ha garantizado su banco «y mucho menos el derecho a la educación».


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