ANALISIS: Los problemas le quitan aliados a Bush

El presidente estadounidense George W. Bush, con cada nueva crisis que enfrenta, encuentra cada vez menos aliados.

Entre los problemas que enfrenta se encuentran el nerviosismo creciente de los republicanos en torno a la guerra en Irak, la crisis provocada por el procurador general Alberto Gonzales, los abusos cometidos por el FBI al amparo de la llamada Ley Patriota, o de seguridad interior, y el horrible trato brindado a los heridos de guerra en Washington.

A los republicanos que todavía respaldan al presidente en torno al tema de Irak les resulta cada vez más difícil apoyarlo en asuntos de política interior, pues se niegan a respaldar posiciones que podrían ser usadas en su contra en lo político.

De hecho, apoyar al presidente en el tema de Irak sería más fácil para ellos que oponerse a él en otras medidas consideradas como impopulares por sus votantes. «Creo que los republicanos están en una posición muy difícil de tener que defender una serie de actos totalmente indefendibles. Eso los está llevando a entrar en una etapa de 'sálvese quien pueda'', señaló el estratega republicano Scott Reid.

Estos días han sido funestos para el gobierno. El Senado aprobó el martes por 94 votos a favor y apenas dos en contra una medida que le quita a Gonzales la autoridad para poder cubrir las plazas de fiscales sin antes contar con una confirmación de la cámara alta.

Por su parte, la Cámara de Representantes votará durante la semana sobre una medida presupuestaria que retiraría a los elementos de combate del ejército estadounidense de manera efectiva para el otoño del 2008.

Las amenazas de veto presidencial y de órdenes de investigación del Congreso se perciben en el ambiente.

Por todo ello, cada vez hay menos cosas que el presidente Bush puede hacer para premiar a los republicanos que lo respalden, o para castigar a aquellos que no lo hagan. «El apoyo al presidente Bush pierde importancia conforme nos aproximamos a las elecciones», indicó el consultor republicano Rich Galen.

«No estoy seguro de que se vuelva en un actor totalmente irrelevante, pero ciertamente se invertirá más tiempo, más atención y más dinero en impulsar o defender a los candidatos principales, y luego a los nominados de los partidos, que el que se utilice para el presidente saliente'', agregó. (AFP)


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