ANALISIS: Profesionales, no fanáticos

Artefactos escondidos en vehículos se han convertido en el «arma favorita» de los islamistas árabes.

No obstante, el atentado en Beirut de ayer se sale de la norma vista en Argel o Bagdad, ya que tanto el objetivo como el método empleado indicarían más bien que se trata de un atentado político ejecutado por profesionales y no un ataque de fanáticos islamistas.

El artefacto fue detonado por control remoto en el preciso momento que el general y su acompañante pasaban por el lugar A ello se suma que el general viajaba ayer por una ruta diferente de la usual. El autor tenía que conocer a la perfección los planes Al Hajj.

El Ejército en Líbano es uno de los últimos bastiones del Estado que todavía no está dividido por el largo conflicto entre la mayoría gubernamental antisiria y la oposición, prosiria. La relativa neutralidad es una de las razones por la que las partes enfrentadas buscaron como candidato de compromiso para la presidencia al jefe del Ejército, el general Suleiman. Y al Hajj ya tenía una carta adjudicada en éste póquer político: sucesor natural de Suleiman.

Los asesinatos políticos de los últimos tres años, todos ejecutados con un patrón similar, no se han esclarecido. Desde el campo de Saniora se afirma: «Los sirios han vuelto a golpear». La oposición y Damasco apuntan sin embargo a Israel. Un círculo vicioso en el que los libaneses están estancados. (DPA)


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