Andinistas debieron renunciar a su sueño

Les faltaban sólo 300 metros para llegar a la cumbre del Domuyo, pero tuvieron que desertar por la falta de visibilidad, la nieve y el fuerte viento. Sin embargo agradecen la experiencia.

CHOS MALAL (ACHM)- La falta de visibilidad, la nieve y el fuerte viento impidieron a los 14 andinistas llegar a la cumbre del Domuyo el sábado, para rendir homenaje a los 100 años del primer ascenso concretado por el padre Lino del Valle Carvajal.

Faltaban poco más de 300 metros, pero las condiciones climáticas les jugaron una mala pasada y debieron regresar.

Los montañistas partieron de Chos Malal el jueves hacia las cabañas ubicadas en la zona de Aguas Calientes para cumplir así con el ascenso organizado por el Club Andino Cordillera del Viento al cumplirse el 15 de noviembre el centenario de la primera ascensión.

Participaron de la iniciativa Manuel Fuentes, Federico Giustozzi, Raúl Rebolledo, Horacio Fuentes, Jorge Gómez, Leo Sánchez, Martín Gesler, Rodolfo Freire, Gisela Porro, Rosana Rivero, Luis Parnisari, Eugenio Palero, como así también Ariel Morales y Héctor Váldez, estos dos últimos de Varvarco.

Llegaron en horas del mediodía y comenzaron a recorrer la ruta. Este desafío les llevó varias horas de trekking hacia el campamento La Bramadora a los 2.300 metros donde pernoctaron.

La constante en todo momento fue la nieve, que en algunos sectores era más abundante que en otros.

El viernes muy temprano por la mañana los andinistas emprendieron el ascenso hacia el campamento de altura y tras recorrer la zona del glaciar oeste -lo que les demandó una caminata de una seis horas donde tuvieron que utilizar las cuerdas fijas, piquetas y grampones- lograron arribar hasta los 4.035 metros.

Allí se dispuso el campamento de altura, y aunque la jornada se presentó despejada, el viento se comenzó a sentir.

Se prepararon para pernoctar y según el relato de los propios protagonistas, alrededor de las 21 horas las ráfagas de viento se intensificaron y se prolongaron durante toda la noche, aunque hasta ese momento nada parecía indicar que a las pocas horas las condiciones empeorarían.

El sábado 15 de noviembre -el día previsto para hacer cumbre- el cielo amaneció nublado, nevando y con viento, pero a las 8.15 horas decidieron emprender el ascenso por una ruta que no es la convencional.

Con los elementos necesarios y soportando temperaturas de hasta 25 grados bajo cero comen

zaron a recorrer el sendero. Luego de tres horas, el viento con ráfagas de 80 kilómetros por hora y el no poder ver a quién iba a pocos metros en la cordada, los hizo parar. Todos coincidieron en regresar aunque les quedaban un poco más de 300 metros para llegar a la cumbre.

Rosana Rivero sufrió principios de congelamiento en uno de los dedos de la mano y Horacio Fuentes tuvo una caída por la que debieron realizarle dos puntos en la cara.

Como buenos aventureros caminaron sin descanso hasta que, luego de cuatro horas, llegaron al campamento La Bramadora donde ingirieron algo caliente y comida para luego continuar el trekking hacia las cabañas.

Pese a que no se pudo alcanzar el objetivo, «la experiencia fue espectacular» para todos, algo que difícilmente puedan olvidar.


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