Ante el furor de la cerveza artesanal, el Conicet ofrece cursos
Desde 2013 más de 450 productores participaron de cursos para mejorar la calidad de su producto. Principios de la bioquímica y la microbiología intervienen en el proceso.
“Bariloche tiene un combinación única en el país: agua de deshielo, lúpulo local, cerveceros de larga trayectoria y grupos de investigación abocados a ayudarlos a mejorar”, sintetizó el investigador del Conicet, Diego Libkind.
El furor por la cerveza artesanal continúa expandiéndose no sólo entre las pequeñas y medianas empresas sino también entre los consumidores que, a través de cursos, apuestan por especializarse en la elaboración.
“El fenómeno que se da en la zona se debe a un efecto contagio y a la presencia de emprendimientos muy exitosos en la región. Como siempre hubo pioneros pero a medida que sube la calidad de la cerveza, más gente adhiere a la movida. Los cursos son fundamentales si se quiere avanzar en calidad y conocer el mundo de los estilos”, detalló el investigador del Conicet.
Desde el 2013 a la fecha, más de 450 productores artesanales de cerveza de la región patagónica, de Chile y Uruguay se han sumado a los cursos organizados por un grupo de investigadores del Conicet.
Desde las principales variables que pueden afectar la producción de cerveza hasta la enseñanza de técnicas de calidad para su elaboración. En el camino, también se cruzan recetas, prácticas en laboratorio y técnicas de análisis, entre otras propuestas.
“Para dominar todas las variables del proceso de elaboración de cerveza el productor debe ser al mismo tiempo, un poco microbiólogo, otro poco bioquímico y por último, pero no por ello menos importante, cheff”, indicó Libkind, profesor adjunto en la Universidad Nacional del Comahue e impulsor de las capacitaciones.
“Todo tiene fundamentación científica pero adaptamos los contenidos para que los participantes entiendan. Usamos conceptos prácticos que sirvan para tomar decisiones a la hora de hacer cerveza y para concientizar acerca de que cada decisión en el proceso impacta en el producto final”, agregó Libkind, al tiempo que aclaró que en los cursos, han participado “desde los más reconocidos cerveceros nacionales hasta personas interesadas en saber sólo un poco más de cerveza”.
La cocina
El Laboratorio de Microbiología Aplicada, Biotecnología y Bioinformática de Levaduras del Conicet es un equipo pionero en Argentina en realización de capacitaciones y servicios tecnológicos en pos de mejorar la competitividad y calidad del sector cervecero.
Controla la calidad del lúpulo, análisis físico-químicos y de contaminantes en cervezas artesanales, crio-preservación y provisión de levaduras líquidas, asesoramientos, entre otros. Como resultado de los trabajos de investigación en este campo, se ha generado el banco de levaduras cerveceras más importante de la Latinoamérica, con más de 140 variedades aptas para producción.
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