“Ante la pandemia, se priorizó la urgencia y la salud del otro”, asegura la física María Luz Martiarena

Es la directora del Centro Científico Tecnológico Patagonia y doctora en física. “Un porcentaje interesante de colegas nos tiramos a la pileta para ver cómo se podía ayudar”. De esta forma, resumió el trabajo científico de la región, María Luz Martiarena, doctora en Física y directora del Centro Científico y Tecnológico Patagonia Norte, que depende del Conicet. Esta física consideró que la pandemia sirvió para visibilizar “un montón de trabajos”. Sin embargo, destacó que “hay muchísimos proyectos que no se conocen. Acá hubo una respuesta a una demanda muy clara y en función de eso se visibilizó”.

P: Muchos científicos hicieron a un lado sus investigaciones para responder a las necesidades de la población: ¿sorprendió la cantidad de proyectos?
R: Por un lado, estuvo la imposibilidad de hacer lo que uno hace y mantener el ritmo de trabajo. Por otro, hubo una toma de conciencia del rol social. Hubo investigadores, entre los que me incluyo, quizás optaron por tener un paper menos pero se priorizó la urgencia, la salud del otro.

P: ¿Se combinaron recursos humanos y financiamiento?
R: Es imprescindible tener recursos humanos y financiamiento. Muchos de estos proyectos que se lograron tuvieron que ver con el impulso de los propios investigadores empujando el sistema. Para que el conocimiento llegue a ponerse en movimiento, para que sea apropiable y funcione, necesitás gente que haga ciencia y que tenga curiosidad. Que quiera saber cómo funcionan las cosas, responderse preguntas. Es un rubro bellísimo. Pero también hay otro rubro imprescindible que resuelve problemáticas a preguntas concretas de la sociedad.
Todas esas líneas se necesitan articuladas. Es tan bueno aquel que se puso a trabajar a partir de una curiosidad como el que resuelve problemas. Para que los productos puedan llegar a ser absorbidos, conectados, apropiados por la sociedad no te alcanzan los científicos. Se necesita de un entramado para que funcione. Ahí entra en juego la región donde se entrelaza la gente, la cultura.

P: ¿Qué balance hace de los aportes durante y para la pandemia?
R: Tengo sensaciones encontradas. No me sorprende cantidad de proyectos que hay, la gente trabajando en resolver problemáticas concretas. Hace 30 años que trabajo para que todo esto se vea de alguna manera. No es que de buenas a primeras surgió gente que trabaja en desarrollo. Pero sí, hay algo gravísimo: menos del 6% de la población accede a la formación universitaria. ¿Con qué mano de obra lo vamos a seguir haciendo? Ni un pibe menos: sin pibes no podemos hacer ciencia.


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