Apareció un corazón para Abril

La beba fue trasplantada tras hallar un órgano ablacionado en Santiago del Estero

BUENOS AIRES (Télam).- Abril, la beba de 16 meses en grave estado por una cardiopatía, era sometida ayer a un trasplante de corazón luego de que un padre donó el órgano de su hija muerta en un accidente automóvilístico en Santiago del Estero.

Un equipo de médicos del Hospital Juan P. Garrahan practicaba desde ayer por la tarde el trasplante de corazón que podría salvar la vida de Abril Dispenza, quien había entrado en la lista de emergencia del Incucai en los últimos días por una cardiopatía que padece desde hace cinco meses.

El órgano fue obtenido tras una ablación realizada en la ciudad de Santiago del Estero a Ayelén, una beba de 17 meses declarada con muerte cerebral en la medianoche del viernes al sábado.

Ayelén estaba en gravísimo estado desde hacía una semana después de que su familia, oriunda del partido de La Matanza, sufrió un accidente automovilístico en el que murieron su madre y una hermana de 11 años.

En horas del mediodía y luego de cumplidos todos los protocolos que exige la Ley Nacional de Ablación, el padre de la beba que se convirtió en donante, Enrique Pereyra, autorizó la donación multiorgánica, que incluyó el corazón y el hígado.

De inmediato el Hospital Garrahan dispuso el traslado de u equipo de expertos, encabezado por el doctor Gerardo Naiman, que arribó a las 15 al Hospital de Niños Eva Perón de la capital santiagueña para concretar la ablación, que duró menos de una hora.

El operativo de ablación y traslado del corazón demandó la participación de medio centenar de especialistas.

El órgano fue trasladado en avión desde Santiago del Estero hacia el aeroparque metropolitano, desde donde una ambulancia del Incucai, custodiada por personas de las fuerzas de seguridad, llevó el corazón hacia el hospital de pediatría Garrahan.

Antes de abordar el avión de regreso a Buenos Aires, el médico que encabezó el procedimiento, Naiman, señaló que la nena donante era de «características parecidas» a las de Abril y que su corazón estaba en perfecto estado.

Un destrozado Enrique Pereyra, el padre de la donante, expresó que esperaba que su actitud de entregar el corazón de su niña «sirva de ejemplo» para que «otras familias tengan el mismo coraje».


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