Apuntaron a resaltar los que los une

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WASHINGTON.- “Barack” y “Angela”. El llamarse por los nombres de pila no fue el único gesto de complicidad que compartieron el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, durante la visita oficial de la líder germana a la Casa Blanca ayer, en la que revisaron la agenda internacional política y económica. El escenario estaba cuidadosamente preparado -desde la recepción con honores militares y 19 salvas hasta la máxima condecoración civil que recibirá Merkel más tarde, además de la cena de Estado que se celebrará en su honor- y los mandatarios no dejaron de lanzarse halagos y aseveraciones de amistad mutua y respeto. “Alemania es uno de nuestros aliados más fuertes (…) no hay apenas temas globales en los que no nos consultemos mutuamente”, afirmó Obama ante Merkel, de la que dijo valorar su “actitud pragmática hacia cuestiones complejas, su inteligencia y su franqueza”, pese a que ésta les ha provocado algún que otro desencuentro en un pasado no tan lejano, entre otros por la situación en Libia. “Confío en ella”, aseguró el mandatario estadounidense. Merkel tampoco se quedó atrás a la hora de halagar al presidente -“querido Barack”- y al país que lidera. “En un aspecto personal, sin Estados Unidos con toda probabilidad yo no estaría aquí ante ustedes”, dijo la política oriunda de la antigua Alemania del Este en referencia al papel de Washington tras la Guerra Fría. “Europa y Alemania no tienen un mejor socio que Estados Unidos”, subrayó. Toda la jornada dedicada a Merkel Obama había apartado otros temas de su agenda para dedicarle prácticamente toda la jornada a Merkel, con quien ya coincidió una decena de veces pero que, como subrayó el presidente estadounidense, es la primera líder europea que realiza no ya sólo una visita oficial a la Casa Blanca, sino que recibe una cena de Estado. Un honor raro de la Casa Blanca y que durante la administración Obama sólo han recibido otros tres países antes que Alemania: China, México e India. Merkel además recibió la Medalla de la Libertad, la mayor condecoración civil que concede Estados Unidos. Antes, sin embargo, ambos gobernantes dedicaron un amplio espacio de la mañana de ayer a una reunión bilateral en la que repasaron algunos de los principales conflictos políticos y económicos del mundo.


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