Arancedo es la nueva autoridad de los obispos

El prelado de Santa Fe fue elegido sucesor de Bergoglio al frente de la Conferencia Episcopal para el trienio 2011-2014. Es pariente de Alfonsín y tiene buena relación con el gobierno.

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Cambios en la Iglesia Católica

PILAR (DyN).- El arzobispo José María Arancedo, de Santa Fe, fue elegido nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Argentina para el trienio 2011-2014 y sucederá en el cargo al cardenal Jorge Bergoglio, quien no podía ser reelecto para conducir la Iglesia por un tercer período consecutivo.

El prelado santafesino, de 71 años, será secundado por el obispo Virginio Bressanelli, de Neuquén, y por el arzobispo Mario Cargnello, de Salta, en las vicepresidencias primera y segunda, respectivamente.

En tanto, el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Enrique Eguía Seguí, colaborador inmediato de Bergoglio, fue reelecto como secretario general.

La elección de Arancedo, un moderado y dialoguista, se realizó esta tarde en un rápida votación -apenas una hora- en el marco de la 102ª Asamblea Plenaria del Episcopado, que desde ayer y hasta el sábado se desarrolla en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de la localidad bonaerense de Pilar.

Allí, el vocero episcopal, sacerdote Jorge Oesterheld, aseguró que “comenzó una renovación importante de la Iglesia argentina”, pero aclaró que Bergoglio seguirá teniendo peso en las decisiones. Los noventa obispos expresaron de este modo su confianza en que Arancedo podrá manejar los desafíos pastorales y políticos que la Iglesia enfrentará en los próximos tres años, en particular la relación siempre difícil con el Gobierno y el casi seguro debate por el aborto.

Primo hermano de Raúl Alfonsín, conoce a la presidenta Cristina Fernández, ya que formó parte –en representación del Episcopado argentino– de la comitiva que viajó al Vaticano para conmemorar junto a Benedicto XVI el acuerdo por el Canal Beagle.

Aunque no lo consideran un “líder natural” como Bergoglio, sus pares destacan su “prudencia” y capacidad de gestión, además de confiarle en varias oportunidades la redacción de documentos episcopales de contenido social.

La nueva conformación de la comisión ejecutiva ratificó también una línea más dialoguista y propinó un golpe duro al sector más conservador liderado por el arzobispo Héctor Aguer, de La Plata, quien no consiguió los votos necesarios para acceder a la mesa ejecutiva.

Pese a ser candidato para ese cargo, el obispo neuquino Bressanelli, un progresista moderado, dio la mayor sorpresa al acceder directamente a la vicepresidencia primera (ver pág. 6). Sin embargo, ya había sido tomado en consideración al ser elegido para representar al Episcopado en el Sínodo convocado por el Papa para 2012.

El arzobispo Cargnello representa a una línea moderada pero más conservadora, aunque su gestión pastoral y social en Salta en muy reconocida entre sus pares.

Bergoglio, de tirante relación con los Kirchner, cederá el mando al obispo de Santa Fe, que representa una renovación “ordenada”.


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