Archivos en la nube: siempre accesibles pero más vulnerables

Una opción práctica para guardar datos.

Fotos, canciones o archivos presentes en cualquier lugar, siempre y cuando haya una conexión de Internet: eso es lo que ofrece la nube (cloud, en inglés). Pero, el usuario pierde a cambio el control total sobre sus datos, y por eso no se recomienda para aquellas informaciones muy sensibles.

El usuario normalmente sabe muy bien dónde están sus fotos de las últimas vacaciones, por ejemplo abriendo “mis documentos” y después “mis imágenes”. Pero en la nube, lo habitual es que no se sepa dónde están, aunque puedan verse en cualquier parte, ya sea en el smartphone, en la oficina, en la laptop o en cualquier computadora del mundo.

Pese a su nombre, la nube no está en el cielo, sino en los servidores de las diferentes empresas que ofrecen el servicio para almacenar música, películas u otros datos. “La principal característica del cloud computing es la sencillez de uso”, afirma Stefan Tai, del Instituto Tecnológico de Karlsruhe. “Incluso como principiante se tiene acceso a sus datos sin ayuda de expertos”.

Un ejemplo de ello son los servicios de Dropbox, Microsofts SkyDrive, Google Drive, o Amazon Cloud Drive. En estos casos, el usuario no necesita subir o descargar los datos desde una web, sino que puede instalar un programa en su propia computadora u otros aparatos. Todos los archivos que se graben allí estarán sincronizados de manera automática en todos los aparatos. Los datos se encuentran centralizados en un servidor.

También los servicios de fotografía como Flickr, Picasa o Photobucket ofrecen software para sincronizar los contenidos en varios dispositivos. Y plataformas de música en la nube como Cloud Player de Amazon, Google Music o iTunes Match, de Apple, funcionan sin tener que cargar los datos, lo que en caso de archivos que pesen mucho puede hacer ganar mucho tiempo. Las empresas traspasan al disco duro solamente canciones de la colección que ellos no tengan ya en sus bases de datos musicales en los servidores.

Según una encuesta de mediados de 2012, cuatro de cada cinco usuarios de Internet en Alemania usaban la nube. Un 44 por ciento había subido fotos, y un 25 por ciento, música. Muy pocas personas graban sin embargo documentos personales, según la encuesta no más de un cinco por ciento.

Muchos de estos servicios son gratuitos en sus funciones básicas o hasta una cantidad tope de espacio de almacenamiento. Otra gran ventaja es que los datos que son subidos de manera consecuente a la nube y guardados se recuperan sin ningún problema si la computadora o el disco duro tienen problemas. Incluso totalmente actualizados si se usa la sincronización.

“Por ejemplo, si una portátil se cae del escritorio”, asegura Sebastian Barchnicki, del Instituto de Seguridad en Internet de Gelsenkirchen. “La mayoría piensa entonces: ‘¡ojalá hubiese hecho un backup!‘”

En la nube, los usuarios renuncian sin embargo al total control sobre sus datos. Porque los servidores de las empresas se encuentran en muchos casos en países donde las autoridades pueden tener acceso a ellos en caso de sospecha. Por ejemplo en Estados Unidos. Su influencia llega además a otros países si se trata de empresas estadounidenses o filiales.

Además, nunca podrá haber una seguridad total de que las informaciones en la nube no sean vistas, por ejemplo para fines publicitarios, advierte Barchnicki. Quien no desee esto debe informarse muy bien acerca de las condiciones en las que funcionan las empresas de cloud y sus políticas de protección de datos.

“Pero, sea como sea, al final se trata de empresas que quieren ganar dinero y con empleados que no conocen y que tienen el control sobre sus datos”, señala Barchnicki. “Hay muchas cosas que no deberían estar en la nube”, como fotos privadas o documentación financiera. Si no hay otro remedio que subirlas, habría que codificarlas antes de hacerlo, lo que protege las cuestiones privadas de las miradas curiosas.

Un programa de open source para encriptar muy popular es Truecrypt. También gratuito, al menos para usuarios privados, es Boxcryptor, desarrollado especialmente para servicios de cloud como Dropbox, SkyDrive o Google Drive. De este modo, el usuario tiene acceso a sus informaciones incluso en sus dispositivos móviles.

Por último, el password para los servicios en la nube debería ser especialmente difícil de descubrir y no se debe utilizar en más sitios, recomienda Barchnicki. “Si alguien consigue acceder a mi servidor en la nube, podría hacer mucho daño”.

dpa


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