“Argentina está tropezando por enésima vez con la misma piedra”

Contador público, político de raza y con amplia trayectoria en las finanzas y la función pública, Aldo Pignanelli es conocido por su agudo análisis de la realidad económica argentina. De raíz peronista, se desempeñó como presidente del Banco Central (BCRA) al inicio de la gestión de Eduardo Duhalde. En diálogo con “Pulso”, se refirió a lo que estima será una profundización del periodo recesivo que vive el país.

PREGUNTA- ¿Cómo evalúa lo que dejó el 2018 en materia económica?
RESPUESTA- Estamos recibiendo formalmente los datos del cierre de 2018. Lo que se observa es una enorme caída en el consumo, que representa el 80% del Producto Bruto Interno (PBI). También se verifica un retroceso de las inversiones del orden del 10%, con lo cual las mismas ya no representan ni el 15% del PBI. Y hay una leve mejora en la tercer pata del PBI que es la balanza comercial, donde el déficit fue menor al esperado, no por virtud de incremento en las exportaciones, sino por la fuerte baja de las importaciones debido a la recesión. La caída del PBI el año pasado terminará al menos en el 3%.

P- ¿Por qué fracasa el programa antiinflacionario del gobierno?
R- El programa del gobierno no es la solución para la inflación. Es un plan que prioriza el pago de intereses y el negocio financiero por sobre la productividad y la ganancia de las empresas que generan trabajo. Es la enésima vez que Argentina va a tropezar con la misma piedra, en un esquema como este. De forma recurrente con Krieguer Vasena en los 60, con Martínez de Hoz en los 70 o con el Plan Primavera en los 80, los planes de este tipo han fracasado.

P- ¿Es el mismo modelo? ¿Se puede trazar linealmente ese paralelo?
R- Es que el programa actual es virtualmente como una ‘tablita de Martínez de Hoz’, con un dólar que acompaña un ajuste mensual de entre el 2 y 3%, y una tasa de interés efectiva para que los bancos se coloquen en Leliq, que supera el 6% mensual. Volvemos a las andadas. El resultado es que si subís la tasa baja el dólar, pero a la vez eso genera la caída del PBI.

P- ¿Qué espera del nivel de actividad en 2019?
R- Para este año estimo una caída del PBI del 2%. Dependerá principalmente de lo que suceda con el salario real, que debiera acompañar la inflación de este año y recuperar al menos algo del año anterior. Si eso no sucede, la caída del consumo será todavía más fuerte que la actual.

P- ¿Cree que es posible bajar la inflación con este modelo?
R- Mire, la inflación del año pasado finalizó en el 47,6%, pero en alimentos, que es lo que más le pega al bolsillo de la gente, fue del 52%. Y en el segmento mayorista, que es el precio que importadores y fabricantes cobran a los comercios, fue del 73%, lo que hace prever una réplica de precios este año.

Todo lo que los argentinos nos ahorramos vía baja de salarios y ajuste, se utiliza para pagar la deuda.

Aldo Pignanelli

P- ¿Qué estimación tiene para la inflación de 2019?
R- Ojalá me equivoque en el pronóstico, pero según mis cálculos será de al menos 35%, aunque no sería extraño que llegue al 40%. Solo los aumentos ya anunciados de los servicios públicos, transporte y prepagas, aportan un incremento del 10%. A eso hay que agregar los salarios. Las paritarias no van a cerrar por debajo del 40% este año. La participación de la mano de obra en los precios es del 35%, es decir que las paritarias agregan otro 12% de inflación. La relación precios-salarios es el primer círculo viciosos de la economía argentina. Por último, el tercer motor de la inflación es el arrastre del año pasado. La diferencia entre la inflación mayorista y minorista de 2018, tarde o temprano va a trasladarse al menos en parte. Ahí hay otro 15% de inflación. Y por último, falta el efecto tipo de cambio.

P- ¿Qué sucederá con el dólar?
R- Según el acuerdo firmado con el FMI, el dólar no puede retrasarse respecto a la inflación. Al 31 de diciembre el tipo de cambio era $38,80. Si se le agrega la inflación de enero, estamos en el valor actual del mercado cambiario. Y si se agrega una inflación anual del 35%, da un dólar de $52 para fin de año. El precio por ahora está contenido vía tasa de interés, pero si se confirma que la inflación de febrero es alta, la presión cambiaria volverá en la segunda mitad de marzo. La relación dólar-tasa es el segundo círculo vicioso de la economía argentina. Si subís la tasa de interés contenés el dólar, pero si contenés el dólar se atrasa el tipo de cambio, y el FMI no lo permite. A la vez, tasa alta es menos actividad y por ende menos recaudación, lo que complica el objetivo de reducir el déficit.

P- ¿Qué opina del acuerdo alcanzado con el FMI?
R- El mundo dejó de creer en Argentina, y ya no nos presta. Por eso se acude al FMI. Es más barato, pero es costoso en términos sociales, porque obliga a un fuerte ajuste. Puede traer alivio financiero hoy, pero cuando venzan las primeras cuotas del acuerdo, el próximo gobierno, sea del color que sea, se verá obligado a reestructurar.

P- ¿Cuál es el problema base en la actual política económica?
R- Existen serias inconsistencias. La capacidad industrial instalada, está funcionando al 50%. La presión fiscal y la tasa de interés hacen inviable cualquier modelo productivo. La desprotección del mercado de trabajo nacional junto al alto endeudamiento. Bajar el gasto fiscal a nivel primario y subirlo a nivel financiero. Todo lo que los argentinos nos ahorramos vía baja de salarios y ajuste, se utiliza para pagar la deuda.


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