Argentina fue

Coria derrotó a Mounir El Aarej por 6-1, 6-1 y 6-4 en una hora y 29 minutos de juego.

Las estrellas del tenis argentino, Guillermo Coria y David Nalbandian, hicieron valer su lugar en el mundo y con dos victorias convincentes dejaron a la Argentina con una clara ventaja de 2 a 0 sobre Marruecos en la primera ronda del Grupo Mundial que se disputa en Agadir.

Coria debutó en la Davis venciendo con comodidad a Mounir El Aarej (404 en el mundo) por 6-1, 6-1 y 6-4 en 79 minutos; mientras que un Nalbandian, que fue de menor a mayor, superó a Hicham Arazi por 4-6, 6-1, 7-5, 2-1 y abandono en dos horas y 24 minutos.

En caso de ganar el dobles de hoy (comenzará a las 13

de la Argentina y lo integrarán Agustín Calleri y Lucas Arnold) o cualquiera de los singles del domingo, la Argentina jugará, también como visitante, por los cuartos de final ante el vencedor de la serie entre Bielorrusia y Rusia del 9 al 11 de abril.

Este fue el primer compromiso de Coria tras el impasse -¿definitivo?- con su entrenador, Alberto Mancini, quien no viajó a Marruecos y se encuentra de vacaciones en Bariloche. Lo de Coria, tal lo esperado, fue muy cómodo. Los cuatrocientos lugares de diferencia entre el argentino y El Aarej estuvieron muy claros desde el arranque. El local, para peor atado por los nervios de tener que reemplazar al El Aynaoui, se equivocó muchísimo (en especial cuando Coria le cargó el juego alto y al revés) en los dos primeros sets y ya no hubo vuelta atrás para él. Coria (que sacó bien más allá de su lesión en los abdominales y conectó 7 aces) siempre manejó el ritmo del encuentro que marcó su debut en la Davis, ante un marroquí que no sabía que actitud tomar. Si lo esperaba, el santafesino lo desbordaba y si atacaba, el «Mago» lo pasaba limpio en la red. Recién en el tercer parcial el local estuvo algo más cerca, pero cuando Coria se decidió a quebrarle el servicio y ponerle fin al encuentro (en el noveno game) lo hizo para cerrar un aceptable debut cediendo apenas seis juegos.

El segundo partido fue, precisamente, un partido. En el set inicial Arazi aprovechó el flojo servicio de Nalbandian que flaqueó en el noveno game y entonces se le fue el parcial: 6-4. Pero Nalbandian se recuperó rápidamente de un quiebre en el juego inicial, rompió el servicio de Arazi por primera vez en el encuentro con dos pelotas definidas en la red y desde su velocidad fue reduciendo al local, que no tenía por donde entrarle. Inclusive cuando Arazi intentó tomó riesgos, el unquillense contraatacó a la perfección. Fue 6-1 y el argentino parecía tener todo bajo control porque había comenzado, quiebre de por medio, 3-1 arriba en el tercero. Pero no. Más por errores propios que por aciertos de Arazi (pidió médico por un tirón en el muslo en medio del parcial), Nalbandian se complicó. Tanto que paso de 3-1 a 4-5. Entonces volvió a aparecer su solidez para lograr un quiebre vital en el undécimo game, retener su servicio, cerrar el set 7-5 y pegarle un puñetazo a la ilusión de los tres mil marroquíes que alentaron ruidosamente a Arazi.

El quiebre de Nalbandian en el tercer juego del cuarto set fue el último acto de la jornada. Arazi, 1-2, fue al descanso con la cabeza gacha. Se tocó la zona dolorida y tras una corta charla con su capitán, Karim Alami, abandonó el encuentro. Sin grandes festejos, pero con la satisfacción de haber hecho bien las cosas, Nalbandian saludó al equipo albiceleste y se fue charlando con Coria. La jornada inicial se había terminado sin sobresaltos. El 2-0 dejó a la Argentina muy cerca de pasar a los cuartos y, de paso, asegurarse un lugar en el Grupo Mundial para el 2005. (DyN)


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