ANALISIS: Autismo y falta de confianza

La creación de un nuevo ministerio, en este caso el de Producción, no es una señal que pueda cambiar las tendencias y expectativas negativas que viene arrastrando el programa económico argentino.

El gobierno está carente de reflejos.

Lo que necesita hoy la economía son medidas concretas que permitan generar un punto de inflexión en el ánimo de los inversores para volver a creer en el país. Pero la administración K mantiene su autismo y como respuesta a la crisis ofrece la conformación de un nuevo ministerio. Es decir: más burocracia.

¿A qué llamamos medidas concretas? A la baja transitoria de impuestos internos para hacer más competitiva la industria local, la eliminación de las retenciones en segmentos que necesitan recuperar mercados externos o el subsidio a los impuestos al trabajo para que las empresas puedan sostener a sus empleados dentro del sistema, entre otras. Cualquiera de estas medidas tomadas en forma aislada o conjunta ayudarían mucho más, para sortear la coyuntura recesiva que se viene, que la oferta de la creación de un nuevo ministerio.

El otro punto anunciado con gran énfasis por la presidente Kirchner es la repatriación de capitales a través de distintos incentivos impositivos que van desde pagos del 1% al 8% del total no declarado en el exterior, dependiendo este porcentaje del destino que tengan los fondos una vez que aterricen en el país. Pero hay que aclarar que hoy la mayor parte de la gente que tiene sus ahorros en la Argentina está huyendo del sistema por la falta de confianza que existe en el gobierno. Con este escenario en puerta, sería ingenuo pensar que los más de 100.000 millones de dólares que hay en el exterior lleguen para ser invertidos en el país. No hay confianza en el futuro del programa económico y menos aún en los anuncios del Ejecutivo luego del manotazo que dio sobre los fondos de las AFJP.

Sobre el tercer anuncio que compete a las pymes industriales, el gobierno terminó por hablar de generalidades y no dar precisiones sobre los reales alcances de las medidas a implementar. Sólo definió incentivos fiscales para aquellas empresas que tomen nuevo personal, un beneficio que ya fue aplicado en la época de la convertibilidad -con Cavallo al frente de la cartera Económica- y con magros resultados obtenidos. Es que en el actual contexto, hay que señalar que muchas de las pymes están pensando en eliminar puestos de trabajo más que en tomar nuevo personal.

También la presidente anunció que condonaría todo tipo de deudas a aquellas empresas con menos de 10 trabajadores que tengan obreros «en negro». Este dato, al igual que el anterior, sería positivo en un escenario económico expansivo pero no lo es en uno recesivo como es el que proyectan los empresarios para el corto plazo, ya que blanquear este personal significaría mayores costos a futuro.

Queda en claro entonces que las medidas anunciadas difícilmente tengan el impacto deseado como para compensar los efectos negativos que llegan desde el exterior. También es importante señalar que, en la medida en que el gobierno no deje su autismo de lado y comience a dar señales para generar confianza en la sociedad, toda batería de anuncios que realice no terminará de tener su correlato en la economía real.

 

JAVIER LOJO


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