Arjona y La Ley hicieron delirar a Viña

Santiago, Chile (EFE).- El guatemalteco Ricardo Arjona y la banda chilena La Ley se robaron la segunda noche del Festival de la Canción de Viña del Mar y consiguieron las dos primeras gaviotas de oro del certamen.

El llamado «poeta de las cosas simples» abrió la segunda jornada del Festival y tras una actuación de una hora y 20 minutos volvió a provocar histeria y devoción entre el público de la Quinta Vergara que le otorgó una gaviota de plata y la segunda de oro que recibe en este certamen.

El romántico cantautor, con una escenografía que semejaba a cualquier barrio latinoamericano, disparó su artillería de temas de sobra conocidos y apuntó directo al corazón con «Te conozco», «Historias de Taxi», «Tu reputación» y «Si el Norte fuera el Sur», entre otros temas.

Sus historias de taxis, de injusticias, de señoras deseables y callejeras generaron nuevamente la increíble complicidad del «monstruo», que, en vez de rugir, ronroneó con el guatemalteco, en lo que ha sido calificado por la prensa como un «fenómeno» pocas veces visto en los 42 años de historia del Festival.

El segundo hito de la noche fue la presentación de la banda La Ley, que este miércoles recibió el Grammy al mejor álbum de rock alternativo en español, el primero que recibe un grupo chileno.

Pese a lo avanzado de la noche, el grupo salió al escenario a las 2 de la madrugada, el público chileno no se movió de los asientos reeditando el momento mágico que había vivido con Arjona.

Esta vez el pop rockero de la banda hizo vibrar a las cerca de 15.000 personas que llenaron la Quinta Vergara, que antes de los primeros acordes festejó con una ovación el Grammy del conjunto que integran los músicos Beto Cuevas, Pedro Frugones y Mauricio Clavería.

En la oportunidad la banda interpretó los hits de su disco «Uno», con el que consiguieron la más importante distinción de la industria discográfica estadounidense, que ya ha vendido más de 25.000 copias en Chile.

También hicieron una recorrida por sus antiguos temas en una presentación de alta calidad que terminó con el público pegado a sus asientos, tras casi seis horas de espectáculo.