Arriaga se despidió con promesa de respaldo

El jefe comunal reunió a los trabajadores municipales y les agradeció por los ocho años que los unieron en la comuna. Prometió respaldar a su sucesor y ratificó que se

CIPOLLETTI (AC).- Llegó el día de la despedida. Ayer, Julio Arriaga convocó a los trabajadores municipales para decirles adiós y hasta pronto. Les agradeció, les pidió disculpas por si alguien se molestó con alguna actitud suya y les hizo una promesa: seguir en política y acompañar al electo intendente Alberto Weretilneck. «Nadie sabe más de municipalidad, nadie conoce la ciudad como Alberto», dijo poco antes de finalizar su discurso. Luego, ambos se encontraron en un abrazo.

Poco después de las 13,40 Arriaga descendió del escenario del Centro Cultural y empezó a saludar a varios de los municipales que asistieron al acto. Se vieron algunas lágrimas. El lugar era de por sí especial, teniendo en cuenta que el edificio forma parte del paquete de obras públicas realizadas durante su mandato.

Arriaga fue el único orador. Su discurso comenzó como muchos otros, remarcando el inicio de su gestión. «Hace ocho años que estoy en la municipalidad», dijo el intendente ante una sala llena.

El jefe comunal explicó que se le hacía difícil recorrer los distintos sectores para despedirse uno por uno, y por eso optó por convocarlos a todos en un mismo lugar. «Nos encontramos con un municipio con muchas complicaciones», dijo. Y recordó la primera reunión que tuvo con los trabajadores, cuando la pregunta habitual que se escuchaba era, «¿cuándo vamos a cobrar?».

Arriaga dio un panorama de lo que era Cipolletti en esos momentos: «una ciudad oscura, un centro que ocupaba sólo dos cuadras, poca obra pública. La sensación general era de desánimo», recordó.

«Empezó a pasar el tiempo y empezamos a dar señales fuertes», sostuvo. Dijo que Cipolletti comenzó a cambiar, y también la condición del empleado municipal. Reconoció que seguramente se equivocó muchas veces, que tuvo que tomar decisiones que a muchos quizás no conformaron, pero dijo que lo hizo siempre «con honestidad».

«Pido disculpas por si alguien en algún momento se sintió mal por alguna actitud mía», expresó.

En los agradecimientos incluyó a su gabinete y a los municipales en general, «a que está con una pala haciendo hormigón, al que está con dolor de espaldas porque tiene que tapar baches» y a quienes hicieron lo suyo en cada uno de los sectores. También a algunos trabajadores de planta permanente que estuvieron muy cerca suyo, como su secretario privado.

Como ya lo había anunciado, ratificó que a partir del 10 de diciembre volverá a su consultorio, pero previamente se tomará un tiempo «para leer y estudiar medicina». Y se puso como ejemplo: «eso es lo que me parece que debe pasar con los políticos en Argentina. No tienen que andar buscando algún lugar en una lista para tener seguridad y poder quedarse. Tienen que hacer su trabajo», opinó. Pero advirtió que no se irá de la actividad política.

«Voy a acompañar a Alberto con todo mi corazón, con todo lo que yo pueda hacer», enfatizó. Y como lo hizo en los últimos actos, entre ellos el del centenario de la ciudad, repitió que nunca nada va a ser más importante para él «que haber sido intendente de Cipolletti».

Como cierre, volvió a agradecerles a los municipales, por su constancia y porque fueron ocho años sin huelgas ni conflictos. «Lo único que puedo decirles es muchas gracias y hasta pronto», expresó.


CIPOLLETTI (AC).- Llegó el día de la despedida. Ayer, Julio Arriaga convocó a los trabajadores municipales para decirles adiós y hasta pronto. Les agradeció, les pidió disculpas por si alguien se molestó con alguna actitud suya y les hizo una promesa: seguir en política y acompañar al electo intendente Alberto Weretilneck. "Nadie sabe más de municipalidad, nadie conoce la ciudad como Alberto", dijo poco antes de finalizar su discurso. Luego, ambos se encontraron en un abrazo.

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