Arte digital y experiencia: la combinación justa

Haydée Massoni, la artista plástica de Roca, presentará "Mis árboles" y "Autorretrato", marcando su ingreso al mundo del arte digital, tras cinco décadas de experiencia

ROCA (AR).- La mano lleva el instrumento. Cambia los colores, la textura se espesa. Los colores se saturan, mientras el pincel espera su intervención. Quedó relegado a trabajar sobre lo hecho, ya que en el arte digital, el mouse marca el camino.

Hoy a las 20 , la artista Haydée Massoni inaugurará en la Galería de Arte de Casa de la Cultura su nueva muestra: «Mis árboles». Acrílicos, tintas y pasteles al óleo conforman la base de la exposición, pero en esta oportunidad, 19 años después de su primera presentación en la clásica galería del centro cultural roquense, la plástica mostrará sus primeras intervenciones en esa rama del arte en la que las computadoras son la herramienta indispensable. «Autorretrato», un desagregado de la muestra general, se compone de 3 fotografías modificadas con efectos digitales que, una vez impresas en tela, fueron intervenidas nuevamente por la artista.

«En un principio, pinté mucho con óleo. Después, cuando apareció el acrílico lo adopté y me pareció maravilloso, porque además de las ventajas de secado, no molesta con los olores de los disolventes. Entonces, entiendo que las computadoras son una nueva herramienta, como ocurrió con el acrílico», comenta Massoni, en relación a su incursión en el mundo digital.

Empezó de nuevo. Tomó clases con profesores y se interiorizó en los programas específicos para trabajar en diseño gráfico y fotografía. En su taller, entre libros, pinceles y pinturas, ahora también habita una computadora.

La artista nació en Buenos Aires. Estudió letras y ejerció la docencia a nivel secundario, superior y universitario. Su preocupación estética fue siempre constante.

La muestra tiene dos puntos clave: las experiencias en relación a «los árboles», testigos de su vida y su arte; y el trabajo digital sobre un autorretrato fotográfico.

«Mis árboles no son todos los árboles», dicen las primeras líneas de un escrito de Haydée en el programa de la exposición.»Unos quedan ligados por un sentimiento visceral… a otros los amo porque son mis vecinos o mis amigos, porque los veo todo los días desde mi balcón y en mis caminatas», prosigue la escritora, en un resumen que se remite a la esencia de su relación con las hojas y el color de olmos y eucaliptos. La plaza San Martín de Roca se transforma en su descanso. Distantes y cercanos, la esperan en su ventana.

Por otra parte, dicen un autorretrato puede llegar a mostrar una de las caras de un artista. Algo así como escribir una biografía a los 30, otra a los 40 y una final, a los 50 ó 60 años. Todas ellas se refieren a momentos, a estados de ánimo y a experiencias vividas. Los autorretratos nunca se remiten, todos muestran distintas caras, quizás por la misma razón por la que la biografía agrega datos a medida que pasa el tiempo. El «momento» es determinante.

Entonces, un autorretrato modificado a partir de la combinación de cómputos de un procesador con el trabajo de un pincel, en la vida de Haydée Massoni no es casual. Marca un estilo, un sello de trabajo y estudio. Con décadas de experiencia, esta profesora de Letras crece y aprende técnicas al mismo ritmo con el que disfruta las mañanas desde su balcón en el sexto piso.


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