Artesanías desde el centro de Neuquén a Italia

Microempresaria llevó a Bolonia sus diseños en cerámica decorada.Sobrevivió a las más duras crisis económicas casi sin ayuda estatal.Empezó con un taller y ahora provee a corralones y particulares.

NEUQUEN (AN).- Después de 17 años de trabajo en su taller de la calle Maestros Neuquinos, el mes pasado Susana Sosa llevó su producción -un mix de artesanía e industria- a la Feria Internacional de Cerámica 2001 en Bolonia, Italia. Con escaso aporte financiero del sector público y prácticamente sólo con esfuerzo y adaptación a «los nichos vacíos que había en el mercado», Sosa atravesó los períodos más difíciles de la economía argentina desde la hiperinflación hasta la convertibilidad y, ahora, la más larga recesión en décadas.

En la novela «La caverna», el escritor portugués José Saramago relató los conflictos de un viejo alfarero con un enorme centro comercial, un texto que, entre otras interpretaciones posibles, refleja la tensión de dos formas antagónicas de concebir el mundo: el antiguo método de producción artesanal y su exclusión de un mercado cada vez más global, impersonal y deshumanizado. Esa podría haber sido la historia de Susana Sosa, que comenzó en 1984 con el pequeño taller donde enseñaba a chicos y adultos, dio un salto en 1987 al incorporar técnicas de producción semiindustrial de cerámicos decorados que se comercializaron en un arco que comienza en el Alto Valle y termina en San Carlos de Bariloche, con la provincia de Neuquén incluida y hace un mes llegó a Bolonia. Su paquete de ofertas incluye cerámicos importados -de España- para revestimiento ornamental e insumos.

Siempre mantuvo con perfil bajo y prácticamente -quizás por eso, opinó, «no me fundí»- sin apelar a créditos ni financiamiento: sólo obtuvo una microayuda del Centro PyME -1.500 pesos- y un préstamo productivo de la municipalidad, por 11.000 pesos, que está devolviendo.

Aunque la mayoría de sus clientes es de la región, desde Uruguay le encargan «diseños exclusivos» o trabajos seriados.

La primera estrategia de sobrevivencia fue cuando florecieron «los negocios de «Todo por dos pesos» y se murieron los talleres de cerámica» por la importación de productos chinos. Los ceramistas que se iban a otros países «dejaban nichos vacíos en el mercado», explicó Sosa, y entonces «empecé con decoración de cerámicos» para cocina y baños. Los distribuyó en corralones y casas de decoración que los vendían como producidos en Buenos Aires o Bahía Blanca.

Utilizó cerámica gres -rústica y de cocción a altas temperaturas-, roja, y otras variedades, e incorporó la comercialización de revestimientos y pisos. Los clientes, que la reconocían ya como artesana local, «empezaron a traerme cerámicos para decorar mientras vendía productos importados de España».

La cerámica decorada, sobre la base de productos provistos por las grandes fábricas instaladas en el país -Zanon, San Lorenzo, Cerro Negro- se presenta de manera individual o como murales de cuatro a 18 piezas para cocinas o baños. El proceso, denominado «tercer fuego» en la jerga de los ceramistas, no altera la tonalidad de la base y el decorado queda incorporado de manera inalterable.

Estos productos, desarrollados por «Dessin» son complementarios de la gran industria, cuyo producto se utiliza como base y los motivos quedan librados a la elección del cliente.

La oferta «seriada» abarca 120 motivos que se aplican sobre los cerámicos -se pintan y se cuecen a la misma temperatura del original-. Existe la alternativa del diseño exclusivo, como el caso de una mujer que encargó recientemente un mural, que colgará en su quincho, con un pasaje de la costa del río Limay que recuerda especialmente «porque siempre iba con sus hijos en el verano».

«Dessin» es un verdadero microemprendimiento familiar donde trabajan cinco personas: Susana Sosa, su marido, sus hijos y «cuando hay mucha demanda contratamos a alguien más para que nos ayude». Además de la tarea productiva y comercial, se realiza «la capacitación de esos colaboradores».

Hace dos meses habilitó el negocio con sala de exposición y ventas en el mismo edificio donde empezó, en Maestros Neuquinos al 800 y donde continúa con el taller de enseñanza. Durante el año pasado y lo que va de 2001, coordinó talleres en CALF a pedido de comisiones vecinales: las clases se acompañan con instrucciones para construir «su propio horno de cerámica».

Sosa se desempeña como monotributista y sus ingresos provienen por partes prácticamente iguales del taller de artesanía y la venta de cerámicos decorados y la representación local de los productos importados de España.

Más demanda y mayor diversificación

NEUQUEN (AN).- El programa de microayudas del Centro PyME, que otorga subsidios «en especies» de hasta 1.500 pesos a emprendedores, recibió una demanda que superó en 105% las presentaciones de este año respecto del pasado y aprobó el 44% más proyectos en 2001 que un año atrás. Los recursos fueron también superiores -185 mil pesos este año contra 120 mil- y se mantuvo la misma modalidad: apoyo a las micropyme en folletería y publicidad, promoción de la imagen, habilitación bromatológica -código de barras, tramitación de los permisos-, participación y asistencia a ferias y exposiciones, compra de equipos de computación. Se añadió además la adquisición de herramientas y maquinaria menor, dijo Gabriel Carnelli, encargado del programa en el Centro PyME.

Por ejemplo, Susana Sosa, de «Dessin», recibió el asesoramiento en folletería e imagen -las carpetas que elaboró para llevar a Italia, ver nota central-. Otra característica de este año es la diversificación de la demanda, producto, dijo Carnelli, «del trabajo de las agencias del Centro».

Mientras en 2000 prácticamente el 70% de los proyectos aprobados fue del aglomerado Neuquén-Plottier, durante este año esa proporción descendió al 45% y ascendió la demanda del interior, especialmente Cutral co-Plaza Huincul, Caviahue, Aluminé, Zapala y Chos Malal, que en proyectos aprobados duplicaron su participación. En cuanto al sector de la actividad económica, se mantuvo la tendencia del año pasado, con la producción primaria a la cabeza -esta vez fue el 25,4% de los proyectos aprobados, contra el 25% de 2000-; se agregó turismo -9,6%-; servicios estuvo prácticamente igual -22,8% contra 24%-; y disminuyó mucho -diez puntos- la demanda de los artesanos.

foto: Los murales de Susana Sosa se venden en casas de decoración y negocios de materiales para la construcción, y en su taller.


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