El Burrito rompió el cero, Maxi y Silva hicieron el resto
Son los partidos que le lleva Vélez a Independiente: 57-51. Jugaron 159 veces.
Vélez tiene uno de los mejores planteles del fútbol argentino y anoche lo demostró. Arrancó con 11 suplentes, pero marcó claras diferencias sobre los 11 titulares de Independiente y logró un resonante 3-0. El rionegrino Juan Manuel Martínez abrió la cuenta y dos “top” que entraron en el complemento, Maxi Moralez y Santiago Silva, liquidaron la historia. Los equipos se “midieron” en el arranque y a partir de los 10 minutos llegaron las acciones de riesgo. Puso primera el Fortín, que llegó con buena jugada asociada entre Gastón Díaz y JM Martínez, que finalizó con un disparo del 4 que contuvo Adrián Gabbarini; y con un cabezazo de Marco Torsiglieri que se fue cerca. Al toque llegó la respuesta del Rojo. También fue por partida doble y con los mismos intérpretes. Ignacio Piatti y Andrés Silvera se encontraron por primera vez en la noche, pero el Cuqui no pudo conectar los buenos centros de Nacho, que fue el mejor de la cancha durante la mitad inicial. Hasta ahí, 2-2 en jugadas de riesgo, pero 0-0 en el marcador. Sin embargo, el que apretó el acelerador fue Vélez, que avisó con un tiro libre del Roly Zárate y concretó con una perfecta definición del Burrito Martínez. El delantero nacido en Viedma encaró en el área, pasó a Eduardo Tuzzio y definió cruzado. Perfecto. Sin ser muy superior, el equipo del Flaco Gareca había ganado “en las tarjetas” y por eso se puede decir que mereció la mínima ventaja. En el complemento, el Tolo Gallego metió su clásico doble cambio muy rápido, pero ni Leandro Gracián ni el Patito Rodríguez aportaron soluciones. Encima, llegó el segundo del dueño de casa y todo se complicó para Independiente. Leandro Coronel se mandó al área en velocidad, Gabbarini lo bajó y Saúl Laverni marcó penal. Maxi Moralez, que había ingresado un instante antes, lo cambio por gol y empezó a definir la historia en este duelo líderes. Si bien es cierto que el Rojo tenía media hora para intentar la reacción, el 2-0 cerró el encuentro. Piatti se borró de la cancha, los refrescos no funcionaron y así no hubo juego para Silvera-Gandín, que llegaron en llamas a Liniers, pero anoche no rindieron. Vélez, sin brillar, pero con su acostumbrada efectividad, hizo la lógica y controló la pelota sin mayores problemas. Todos los caminos conducían a ventaja de dos, pero antes del cierre otro recambio, el uruguayo Silva, respondió con un gol. 3-0, contundente, iniciado por el muletto y terminado por dos titulares. Así el Fortín ganó una nueva batalla y, por ahora, se aferra a pelear en los dos frentes. Tiene un gran plantel y puede soñar. El Rojo se quedó sin invicto, pero cuenta con margen, en la recta final rumbo al clásico con Racing.
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