“Un puñado de gente generosa”
A principios de junio, cuando transitábamos la Ruta 23, a las 17:30 se rompió el diferencial de nuestra camioneta, a pocos kilómetros de Clemente Onelli –especifico la hora a fin de señalar que en pocos minutos oscurecía y estábamos en el medio de la nada–. Como no había señal de celular, fui a Onelli a llamar al auxilio del seguro desde el único teléfono fijo que hay. De más está decir que Onelli no cuenta con hoteles, posadas, restaurantes, etcétera; sólo un puñado de vecinos bien predispuestos para ayudar. Mientras hablaba por teléfono, el director del albergue escolar se ofreció para ir a buscar a mi esposa, que se había quedado en la camioneta, pero le manifesté que no, dado que ya nos vendrían a buscar. A las dos horas, y luego de varias llamadas, me informaron que debido a lo avanzado de la hora ningún auxilio podría acudir hasta la tarde del día siguiente. Sin ninguna otra opción, fui a la escuela para aceptar el generoso ofrecimiento y en el momento de mi llegada todos se ofrecieron a ayudar: un maestro me llevó a buscar a mi esposa, el portero me ayudó a traer la camioneta a tiro, la maestra auxiliar nos trajo dos colchones sin estrenar para que pasáramos la noche y el director, una persona muy humana y generosa, nos invitó a cenar. En fin, un puñado de gente afable y generosa que enseña, forma y contiene a un grupo heterogéneo y bullicioso de chicos que viven en el albergue. Por todo esto, vaya nuestro más profundo reconocimiento y agradecimiento a cada uno de ellos. Juan Carlos Bacciadone LE 7.835.924 Sierra Grande
Juan Carlos Bacciadone LE 7.835.924 Sierra Grande
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