Asaltaron a la familia de un ex policía en su casa, en Bariloche

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Poco antes de las 23 del viernes una banda integrada por cuatro delincuentes armados, que actuaron a cara descubierta y de manera planificada, ingresaron de manera sorpresiva a la vivienda que ocupa un ex jefe policial y su familia y se llevaron dinero y armas entre otros efectos.

El botín logrado por los delincuentes ascendería a aproximadamente mil quinientos pesos en efectivo, además de las armas que atesoraba en su domicilio el ex comisario, quien al ser sorprendido no pudo utilizarlas.

Un ingrediente dramático se sumó a la impresión que les causó el asalto a los damnificados, cuando no hallaron a su hijo menor en su habitación, donde suponían que estaba estudiando. La hipótesis del secuestro los conmocionó en forma inmediata, porque los asaltantes habían elegido justamente la ventana de esa habitación para abandonar la casa, y esa sospecha hizo que se movilizaran gran cantidad de policías de todas las comisarías y de las dependencias de seguridad auxiliares y especializadas. La inusual preocupación concluyó durante la madrugada del sábado, cuando el menor se presentó sano y salvo y ajeno al drama que había experimentado su familia, y confesó que había salido sin permiso y en forma subrepticia para estar con sus amigos.

El asalto se produjo en una vivienda ubicada en Jardín Botánico y Rosas, a unas 20 cuadras del Centro Cívico, en momentos en que el ex policía, de apellido Tapia, se encontraba con su esposa y uno de sus hijos. Los delincuentes ingresaron por una puerta posterior que comunica la vivienda con el quincho y sorprendieron a la familia antes de que pudieran reaccionar. Después de revisar las dependencias los ladrones se llevaron dinero, objetos de valor y las armas de fuego del comisario retirado, y escaparon por la ventana de un dormitorio.

El hecho que investigan es uno de los más temidos y que más huellas dejan en las víctimas, por la indefensión en que quedan cuando son reducidas dentro de sus domicilios. En un hecho similar, cometido en la misma calle en que viven los Tapia, los delincuentes se quedaron varias horas dentro de la vivienda, buscando dinero, comiendo y profiriendo amenazas a la familia.