Aseguran que el daño sanitario es irrecuperable

Las clínicas, sin insumos ni medicamentos.

CIPOLLETTI (AC).- Los prestadores de la salud advirtieron ayer «la involución sanitaria» a la que está siendo sometida la comunidad por la falta de recursos. Precisaron que PAMI adeuda desde julio de 2001, Ipross desde agosto, y OSECAC y OSPRERA desde junio. «Nos vemos imposibilitados de continuar. La proyección del daño sanitario es incalculable e irrecuperable», afirmaron.

Ayer por la mañana unas 200 personas se movilizaron alrededor de la plaza San Martín de esta ciudad. Había representantes del Colegio Médico de Cipolletti, del Policlínico Modelo, del Sanatorio Río Negro, del geriátrico Valle del Sol, de ATSA, del sanatorio Cinco Saltos, de ANIA y algunos pocos integrantes del hospital público, entre otros.

Los manifestantes recorrieron las calles detrás de un gran cartel que decía, «la salud es de todos». Sus testimonios fueron coincidentes al mencionar las graves consecuencias de esta crisis:

* Horacio Valdez, presidente del Colegio Médico de Cipolletti: «Los riesgos que está corriendo nuestra población son catastróficos. Nuestra reivindicación es por todos los sectores. La salud es una sola, la pública y la privada se complementan y son necesarias. Le exigimos a las autoridades que envíen los fondos presupuestados para salud. Cuando la prevención no es la debida hay riesgo de aparición de enfermedades que supuestamente la medicina había erradicado, como enfermedades infectocontagiosas, y aparición de cánceres que podíamos detectar en forma temprana. Hoy la gente no está concurriendo ni a los consultorios ni a los hospitales».

* Hugo Invernizzi, sanatorio Río Negro: «La problemática que vemos es dramática. Se ha cortado la cadena de pagos a nuestras empresas y eso nos lleva a una desfinanciación institucional probablemente irreversible. Esto se manifiesta en la falta de pago a nuestro personal. Cipolletti tiene 400 familias de empleados dependiendo de nuestras instituciones. Nos lleva a estar atrasados en los pagos de sueldos. Estamos atrasados en dos o tres meses sin pago de vacaciones y del aguinaldo. Por otro lado, el deterioro de nuestras instituciones nos lleva a que nos han cortado la provisión de medicamentos e insumos, y eso se manifiesta en algo que puede ser mucho más dramático que es no tener garantía de la atención que se le puede dar a los pacientes. Estamos al borde de la crisis y eso la gente irremediablemente lo va a sufrir. Las obras sociales están adeudándonos aproximadamente la mitad de la producción nuestra del año. Nos deben aproximadamente medio año de prestaciones, y eso para cualquier empresa es imposible de mantener».

* Favio Badillo, del Policlínico Modelo: «El principal mensaje que queremos dar a la comunidad es advertir de la involución sanitaria que se está produciendo en todo este tiempo, y que esa involución es irrecuperable. A los trabajadores se les retuvo el aporte y no llegan los fondos a los prestadores de salud. El Ipross está debiendo desde agosto, PAMI desde julio, OSECAC desde junio, OSPRERA desde junio, el hospital tiene un presupuesto anual de 80 millones y no está ejecutado. Es incalculable la proyección que pueda tener a futuro desde el punto de vista sanitario lo que no se haga hoy».

* Aldo Di Tella, administrador del geriátrico Valle del Sol de Cipolletti: «A nosotros nos están debiendo cinco meses de internación. Nosotros tenemos la gente adentro y no podemos hacer ninguna protesta. El personal está con un atraso de dos meses y medio. Es muy difícil la situación. Se trata de dar la mayor atención posible. Tenemos el apoyo del personal, de algunas farmacias y familiares, pero no podemos seguir así. Tenemos 57 abuelos internados, de los cuales 40 son de PAMI».

Otro hilo delgado: los trabajadores

CIPOLLETTI (AC).- En Río Negro hay más de 1.500 trabajadores en el sector privado de la salud. El 95% son mujeres, muchas de ellas jefas de hogar. «Para nosotros la situación es caótica», describió Delia Hernández, secretaria general de ATSA Río Negro.

Explicó que la crisis de la provincia «ha llevado a nuestros trabajadores a no percibir los sueldos. Hay instituciones que adeudan hasta seis meses de salarios», reveló Hernández, quien ayer participó de la marcha «por la salud y la vida» que se hizo en Cipolletti.

«El 95% somos trabajadoras mujeres y un 45% somos sostén de familia, madres solteras o separadas», detalló.

Dijo que, para subsitir, deben recurrir a los familiares o a la buena voluntad de algún médico que «saca plata de su bolsillo» para darles. «Esto ha llevado a muchos trabajadores a dejar los lugares donde alquilaban para irse vivir con familiares. Cada uno va viendo la forma de sobrevivir y de sobrellevar la crisis que tiene la salud en la provincia. Hemos visto disminuída terriblemente la calidad de vida», expresó.

Buscarán «casa por casa» que más abuelos se animen al cacerolazo

CIPOLLETTI (AC).- No quisieron juntar «el agua con el aceite» y por eso los afiliados a PAMI y al Ipross esperaron a que terminara la manifestación de los prestadores de la salud para realizar su «cacerolazo».

«Algunos trabajadores estaban reclamando legítimamente porque no les pagan pero también es cierto que cuando la obra social no les paga, los médicos no dudan un segundo en cobrar 20 ó 30 pesos de plus», dijeron.

A las 12, los abuelos empezaron a reunirse en la esquina de Roca y España, en la plaza San Martín. Mientras, en el centro de la plaza se hacía el cierre de la otra movilización.

«No al corralito de la salud», «No gerencien la vida», «El Ipross es de los afiliados no de los políticos», «Piedad para los abuelos» y «Prohibido enfermarse», decían algunos de los carteles que los jubilados se colgaron en el pecho para reclamar por las obras sociales.

Algunos ya habían estado el jueves y reforzaron el pedido por la «urgente» necesidad que tienen de atenderse como es debido. Otros, se acercaron ayer y contaron su problema.

«Tengo que sacarme una radiografía porque estoy embromado de la pierna y no puedo pagarla. Alguien tiene que hacer algo. Es terrible lo que estamos pasando», dijo Carlos Molina, de 79 años.

Los jubilados se instalaron en el centro de la calle y paralizaron el tránsito durante media hora. Para la próxima semana resolvieron adelantar el horario a las 10, porque muchos no resisten el sol del mediodía. Además, consensuaron una postura: «salir a buscar casa por casa al resto de los abuelos para recuperar la salud del PAMI, del Ipross y de la gente».

Ayer concurrieron algunas personas en representación de los Centros de Jubilados de la ciudad. Dijeron que no habían ido antes por «miedo» a lo que pudiera pasar.

Alicia Silva, representante de uno de los centros, dijo que quienes no estuvieron «deben tener miedo por las cosas que se ven en la televisión. Ellos tienen miedo pero nos piden a nosotros que salgamos por ellos. Hoy yo le pido a los demás que salgan, que vengan el otro jueves», sostuvo.

También hablaron afiliados al Ipross, quienes solicitaron que para la próxima semana se sumen más «porque estamos pasando los mismos problemas que los abuelos».

Una afiliada al Ipross desde hace 42 años afirmó que «sé lo que era nuestra obra social y sé cómo está. A nuestros gobernantes no les interesa nada de los afiliados, veo el deambular porque yo también lo estoy padeciendo. Tenemos que estar mendigando lo que nos corresponde, porque nuestros aportes ¿dónde van?. La salud debe ser prioridad, como también educación. Y acá la prioridad de los políticos es llenarse los bolsillos y nada más. Señores políticos, vean lo que estamos padeciendo», dijo.


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