Así nacieron las extrañas casas de techo redondo en Neuquén

Están ubicadas en el límite de la ciudad, casi como mojándose los pies con el agua del río Neuquén. Eran seis, pero sólo quedan cuatro. Son las viviendas monturas construidas en la década del 40 en el barrio Sapere. Fueron instaladas por el gobierno provincial para alojar a las familias que vivían en la zona cercana del río Limay y que eran presa fácil de las recurrentes inundaciones.

Su particular diseño de techo redondeado con extremos hacia arriba las convierten en un detalle pintoresco del paisaje urbano. Pero su utilidad fue sin duda las que las dejó impresas en los anales de la historia arquitectónica de la ciudad.

En la década del 40 el río Limay era bravo y en épocas de crecidas avanzaba sin contemplaciones hacia el norte, anegando calles, viviendas y espacios abiertos. Las familias de los barrios ribereños quedaban sin su hogar y era necesario encontrar una solución. Fue así que el gobierno de la provincia de Neuquén contrató al arquitecto Teodoro Müller para construir unas viviendas donde alojar a las familias evacuadas y era necesario tenerlas disponibles en tiempo récord.

Y para eso las “estructuras montura”, eran las mejores. Por su formato redondeado, su construcción demandó menos tiempo que las edificaciones tradicionales.

En 1997 la arquitecta Liliana Montes Lefort realizó un relevamiento de las cuatro viviendas monturas que quedaron en pie y las describió desde su arquitectura. “La planta de la vivienda es de proporción rectangular desarrollándose dentro de esta planta todas las funciones”.

Fueron construidas en lotes de 389 y 442 metros cuadrados. Las casas tenían una superficie cubierta de entre 75 y 144 metros cuadrados, distribuidos todos entre cocina comedor, baño y dormitorio.

En el terreno donde se emplazaban dos de estas viviendas se construyó años después el jardín 28. Las cuatro restantes fueron pasando de familias en familias, incluyo entre los mismos miembros de una misma familia.

Algunas fueron remodeladas, ampliadas o se modificaron sus fachadas, pero todas mantienen la estructura original. En los años de su construcción las “viviendas montura” dominaron el agreste paisaje de la barda neuquina que terminaba en la barranca del río Neuquén. Hoy están rodeadas de casas más tradicionales, arbolado urbano y asfalto en algunas de sus calles principales.

Cuentan los vecinos que alguna vez ingresaron a esas extrañas casas, que el interior es confortable, pero todos coincidieron en que “es muy difícil colocar un mueble sin desperdiciar espacios. Las esquinas no existen, detrás de los muebles quedan espacios guardapelusas”.

En esa época cuando el río crecía demasiado, el agua llegaba hasta la actual calle Richieri. En algunas oportunidades avanzó hasta la Ruta 22.

Punto de encuentro: Neuquén

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En esa época cuando el río crecía demasiado, el agua llegaba hasta la actual calle Richieri. En algunas oportunidades avanzó hasta la Ruta 22.

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