Atentado mata a 13 personas en Bagdad

A pocos días de repliegue estadounidense, prevista para el 30 de junio, una bomba colocada en una motocicleta estalló en el mercado de Nahda. La ola de violencia dejó más de 200 muertos en una semana.

Al menos trece personas murieron y 54 resultaron heridas este viernes en un mercado del centro de Bagdad, en un nuevo atentado cuando faltan pocos días para el repliegue de las tropas estadounidenses de todas las ciudades de Irak.

Un responsable del hospital Kindi dio parte de «ocho muertos y 40 heridos» en ese nosocomio, en tanto que uno de sus colegas del Hospital de Neurocirugía señaló el ingreso de «cinco muertos y 14 heridos». El balance precedente, de fuentes de seguridad, era de nueve muertos y 25 heridos.

Según los ministerios del Interior y de Defensa, el atentado se produjo a las 09H00 locales (06H00 GMT), cuando una bomba colocada en una motocicleta estalló en el mercado de Nahda. Ese mercado, especializado en la venta de motos y bicicletas, abre los viernes, día de plegaria para los musulmanes.

Omar Hashem, de 34 años, cuya ropa estaba manchada de sangre, dijo a la AFP que fue a dicho mercado con un amigo para ayudarlo a vender su motocicleta cuando tuvo lugar la explosión. «Vi personas quemadas y cadáveres que volaron por los aires. Nosotros escapamos y luego regresamos para ayudar a las víctimas», declaró en medio de decenas de motocicletas calcinadas y partes cubiertas de sangre».

«El amigo que me acompañaba murió y yo fui herido en un pie. La deflagración fue terrible», aseguró Maytham Abdel Amir, de 23 años. Es casi el mismo método utilizado el miércoles pasado en el barrio chiita de Ciudad Sadr de Bagdad, donde la explosión de una moto con un remolque cargado de explosivos cubiertos de legumbres mató a 62 personas, entre las cuales había muchos niños y mujeres, y 150 heridos en un mercado.

Estos atentados tienen lugar cuando faltan pocos días para la retirada norteamericana de las ciudades iraquíes, prevista el 30 de junio.

El sábado pasado, 72 personas perdieron la vida en la provincia de Kirkuk, a 250 km al norte de Bagdad. Un kamikaze hizo estallar su camión cargado de una tonelada de explosivos, destrozando el centro de la localidad de Taza. Más de 80 casas fueron destruidas. Ese atentado fue atribuido por las autoridades locales a la red Al Qaida.

El gobierno iraquí sabe que los insurgentes, aunque debilitados, tratan de que fracase el proceso de transferencia del poder con los estadounidenses. La ola de violencia dejó más de 200 muertos en una semana, y las autoridades iraquíes tendrán que ocuparse sin ayuda de la seguridad de las ciudades.

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, criticó el jueves el silencio de los países árabes y musulmanes ante el incremento de los atentados contra la comunidad chiita. «Nosotros llamamos a la comunidad internacional, y particularmente a los países árabes y musulmanes, a asumir una posición clara ante esos crímenes horribles, pues el silencio ya no es aceptable», afirmó en un comunicado.

Maliki había indicado a los embajadores que la fecha del 30 de junio sería respetada y les había asegurado que «las fuerzas iraquíes estaban dispuestas a llevar a cabo su misión, a pesar de los golpes asestados a la seguridad». Los 130.000 militares norteamericanos que permanecen en Irak se reagruparán en bases situadas fuera de las aglomeraciones y 750.000 policías y militares iraquíes deberán garantizar la seguridad de las ciudades, seis años después de la caída de Saddam Hussein.

AFP


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