Atenuante para Vitón y no para Camarelli

Al conocer los fundamentos del fallo, se develó por qué razón el Tribunal fijó una pena más grave al excomisario rionegrino Antonio Camarelli que al militar que el 24 de marzo de 1976 “copó” el control de la comisaría de Cipolletti, Gustavo Vitón. El primero fue condenado a diez años de prisión mientras que el segundo, a ocho años. En el caso de Camarelli, la única atenuante que consideró el Tribunal fue su falta de antecedentes penales computables. No consideró informes de concepto ni su posterior tarea como jefe de Policía y otras funciones en gobiernos democráticos. En cambio, valoró negativamente su reticencia a colaborar con nombres y datos precisos, ante la Comisión Provincial de Derechos Humanos. En cuanto a Vitón, computó su falta de antecedentes penales y además, “muy especialmente”, su comportamiento posterior, sobre todo su expulsión del Ejército años después de los hechos investigados, lo que motivó que el Congreso Nacional le reconociera luego su grado y los ascensos que le hubieran correspondido. El Tribunal entendió que, “desde la función de prevención especial del derecho penal, la necesidad de imponer una pena en su caso particular se ve por cierto morigerada”. En otra parte de la resolución también se encuentra diferencia en la valoración de pruebas. Mientras la endeblez de los testimonios de algunos de los acusadores -como Sotto, Novero y Contreras- fue argumento del Tribunal para sobreseer a los policías rionegrinos Del Magro, Huircaín, Martínez y Villalobo, las declaraciones de esas mismas personas fueron consideradas válidas para condenar a Camarelli y a Quiñones.


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