Bachelet: «Con todos los pecados juntos»

SANTIAGO DE CHILE (AP).- La doctora socialista Michelle Bachelet, hija de un general quien fue víctima de sus camaradas golpistas en 1973, fue detenida, torturada, vivió el exilio, regresó para ser ministra de Salud y Defensa y ahora se acerca a la Presidencia de Chile. Bachelet, de 54 años, es pediatra, especialista en asuntos militares, habla español, inglés y domina fluidamente alemán, francés y portugués.

«Soy mujer, socialista, separada, agnóstica, les decía: 'todos los pecados juntos', hija de un padre que murió en la cárcel… esto lo dije muchas veces'' a los militares, ha contado Bachelet a sus amigos.

Es la candidata oficialista porque la opinión pública la encumbró en las encuestas, las mismas que dicen que triunfará en primera o segunda vuelta en los comicios del 11 de diciembre.

Cuando la nombraron ministra de Salud el 2000, el presidente Ricardo Lagos le exigió públicamente terminar en 90 días con las filas de espera en los hospitales públicos.

La opinión pública miró con simpatía sus esfuerzos aunque no logró cumplir del todo con la exigencia. Pero luego, como ministra de Defensa, atrajo las simpatías de la mayoría cuando apareció subida en un tanque visitando a damnifi

cados por temporales. Bachelet, vive con sus tres hijos y a diario acompaña a la menor al colegio.

Con frecuencia se la ve en el supermercado, como cualquier ama de casa.

Creció en bases aéreas y vivió dos años en Estados Unidos por las destinaciones de su padre, el general Alberto Bachelet. Su padre fue arrestado el mismo día del golpe militar de Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973, fue torturado por sus camaradas aviadores y murió en la cárcel en marzo de 1974 por un infarto cardiaco «a consecuencia de las torturas padecidas en prisión'', ha dicho Michelle.

Señala que si llega a la presidencia y Pinochet muere, el anciano dictador se merecería «un funeral digno'', pero «me violentaría tremendamente'' rendirle honores de Estado y decretar duelo nacional.

Bachelet también fue detenida y torturada durante un par de semanas junto a su madre, Angela Jeria, en enero de 1975. Estuvieron en Villa Grimaldi, un conocido centro de torturas, donde «nos separaron y sometieron a nuevos apremios físicos'', relató. Ambas vivieron el exilio en Australia y en Alemania Oriental y retornaron a Chile en 1979. «Desde el punto de vista emocional, he tenido procesos a lo largo de mi vida, que me han permitido reencontrarme con los militares'', asegura. (AP)


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